“Ahora todo parece bastante controlado por parte de la policía local y los Mossos, pero ha sido un palo muy duro. La gente tiene miedo. Es un golpe muy fuerte… y sobre todo la impotencia de no poder hacer nada. Ojalá lo cojan, aunque será muy difícil porque nadie vio al agresor aparte de la chica”, confiesa triste Antonio Torres, dueño de la cantina de la estación de Sant Andreu de Llavaneres, también un poco abrumado después de que el martes atendiera más de 30 medios de comunicación.

Él es quien, a las 7.51 de la mañana del 28 de diciembre, avisó a la Policía Local después de que un par de personas que acababan de aparcar su vehículo en el párking de la estación oyeran una mujer gritando desde detrás de las vías -había sido violada- y fueran a buscar auxilio en el bar.

Acto seguido, los dos chicos que fueron los primeros en oír a la víctima, el hijo de Torres y cuatro personas más fueron a identificar de dónde venían los gritos. En aquel momento, en el túnel que atraviesa las vías, la víctima -de 49 años, que trabaja en una casa particular próxima a la estación- ya estaba siendo socorrida por un par de personas más.

“Yo solo la vi pasar cuando se la llevaba la policía para el Hospital de Mataró, totalmente ensangrentada y con una gran brecha en la cara. Explicaba que el agresor la había cogido, la había violado, la había golpeado, que la quiso tirar piedras abajo… y que cuando él la quiso tirar hacia las rocas, consiguió escapar y pedir ayuda. Iba desnuda desde el ombligo hasta los pies, sin zapatos ni nada, hasta que una chica la ayudó para que se vistiera”, rememora.

La falta de auxilio

En aquel momento, la víctima también se quejaba de que hubieran pasado tres o cuatro personas delante suyo y que nadie la ayudara. Torres explica por qué motivo pudo suceder, matizando las informaciones aparecidas hasta al momento: “A esa hora de la mañana la gente que hace ‘footing’ suele ir con cascos, escuchando música, a veces con capucha o con pasamontañas, y si ven una pareja agarrada lo más normal es que miren para otro lado porque entiende que están teniendo sexo”, comenta Torres. Además recuerda que en aquel momento aún era de noche, aunque las luces de la estación debían de iluminar tímidamente la zona.

El propietario de la cantina se muestra moderadamente sorprendido por lo que ha pasado: “Te sorprende de la forma que ha sido, pero también es verdad que en una estación suelen pasar cosas: estirones, robos de móviles, tocamientos… se genera un ambiente acorde con la mucha gente ‘rara’ que vemos pasar cada día”.

De hecho, Torres explica que unos hechos parecidos ya tuvieron lugar un par de veranos atrás, justo cuando él empezó la explotación de la cantina. “Una chica salió corriendo también después de unos tocamientos por parte de un joven. Después de este episodio se tomaron medidas por parte de los cuerpos policiales”, recuerda.

Torres circunscribe hechos como los acaecidos porque, aunque la estación es de las más modernas de Renfe, se encuentra alejada del núcleo del pueblo. “Es una zona un poco apartada”, comenta. A diferencia de la mayoría de poblaciones de costa del Maresme, el núcleo urbano de Llavaneres no está pegado a la playa sino unos centenares de metros más arriba. La zona que hay inmediatamente encima de la estación es conocida como el barrio de los pescadores o Can Sanç, y es una zona de casas residenciales.

La policía pasó por la zona quince minutos antes de la violación

El alcalde de Llavaneres, Joan Mora, explica su sorpresa porque pudiera pasar algo así en el lugar donde ocurrieron los hechos. "Entre 7 y 8 de la mañana siempre hay gente ahí, o caminando o haciendo 'footing'. No me explico que nadie viera lo que estaba pasando”. Además, el alcalde comenta que aquel día la policía local pasó por la estación dentro de la ronda habitual que realiza cada mañana entre 7 y 8 a las 7.30 horas, muy pocos minutos antes que ocurrieran los hechos. Por lo tanto, no coincidieron por muy poco agentes y víctima, a la cual podrían haber socorrido en seguida.

Mataró y Llavaneres claman por una respuesta

A gritos de “ninguna agresión sin respuesta”, unas trescientas personas de todas las edades y llegadas de diferentes localidades de comarca se han congregado esta tarde delante del Ayuntamiento de Mataró para denunciar la violación y mostrar su solidaridad con la víctima, residente en esta ciudad. Entre los asistentes también se han podido leer mensajes de denuncia contra cualquier tipo de violencia de género, como “la culpa es del violador”, “no fue su falda, no fue su escote” o “no queremos tener miedo, queremos ser libres”.

El acto se ha centrado en la lectura de un manifiesto mediante el cual se ha mostrado la solidaridad de Mataró hacia su conciudadana, se ha denunciado las agresiones sexuales como “vulneraciones de los derechos humanos que atentan contra la integridad y la dignidad de las personas que las sufren” y finalmente los asistentes se han comprometido “a no mirar hacia otro lado ante una agresión”.

Posteriormente, Regina Teruel, portavoz de Teixit de Dones de Mataró, entidad organizadora de la concentración, ha lamentado que “haya tenido que ocurrir un caso como este, que nos afecta de cerca para que la gente reaccione”. Y ha pedido que las administraciones aceleren la puesta en marcha del Pacto contra violencia de Género firmado este mes de diciembre y apliquen más recursos para la educación en igualdad de género.

Los alcaldes de Llavaneres y Mataró, y una amplia representación de los dos consistorios, también han asistido al acto. El de la capital del Maresme, David Bote, ha querido expresar el "máximo apoyo" a la víctima, que en estos momentos se recupera favorablemente, y ha pedido confianza hacia los cuerpos de seguridad que buscan el supuesto agresor y paciencia para que la policía pueda hacer su trabajo. E igual que el alcalde de Llavaneres ha anunciado que una vez el agresor sea detenido y se abra una causa judicial, el Ayuntamiento de Mataró se personará como acusación.

Por su parte, el alcalde Llavaneres, Joan Mora, ha dudado sobre si la publicación del retrato robot del presunto agresor, difundido hoy por los Mossos, facilita realmente la investigación o crea alarma social. “La imagen del presunto agresor hace que la gente esté más alerta y que delante de cualquier sospecha llame a la policía, pero también es necesaria cierta tranquilidad y confianza para que la policía haga su trabajo”, ha asegurado.

A gritos de “ninguna agresión sin respuesta”, unas trescientas personas de todas las edades y llegadas de diferentes localidades de comarca se han congregado esta tarde delante del Ayuntamiento de Mataró para denunciar la violación y mostrar su solidaridad con la víctima, residente en esta ciudad. Entre los asistentes también se han podido leer mensajes de denuncia contra cualquier tipo de violencia de género, como “la culpa es del violador”, “no fue su falda, no fue su escote” o “no queremos tener miedo, queremos ser libres”.

El acto se ha centrado en la lectura de un manifiesto mediante el cual se ha mostrado la solidaridad de Mataró hacia su conciudadana, se ha denunciado las agresiones sexuales como “vulneraciones de los derechos humanos que atentan contra la integridad y la dignidad de las personas que las sufren” y finalmente los asistentes se han comprometido “a no mirar hacia otro lado ante una agresión”.

Posteriormente, Regina Teruel, portavoz de Teixit de Dones de Mataró, entidad organizadora de la concentración, ha lamentado que “haya tenido que ocurrir un caso como este, que nos afecta de cerca para que la gente reaccione”. Y ha pedido que las administraciones aceleren la puesta en marcha del Pacto contra violencia de Género firmado este mes de diciembre y apliquen más recursos para la educación en igualdad de género.

Los alcaldes de Llavaneres y Mataró, y una amplia representación de los dos consistorios, también han asistido al acto. El de la capital del Maresme, David Bote, ha querido expresar el "máximo apoyo" a la víctima, que en estos momentos se recupera favorablemente, y ha pedido confianza hacia los cuerpos de seguridad que buscan el supuesto agresor y paciencia para que la policía pueda hacer su trabajo. E igual que el alcalde de Llavaneres ha anunciado que una vez el agresor sea detenido y se abra una causa judicial, el Ayuntamiento de Mataró se personará como acusación.

Por su parte, el alcalde Llavaneres, Joan Mora, ha dudado sobre si la publicación del retrato robot del presunto agresor, difundido hoy por los Mossos, facilita realmente la investigación o crea alarma social. “La imagen del presunto agresor hace que la gente esté más alerta y que delante de cualquier sospecha llame a la policía, pero también es necesaria cierta tranquilidad y confianza para que la policía haga su trabajo”, ha asegurado.