Friso de Holanda ha vuelto a Londres, la ciudad donde se refugió por amor, para recibir el mejor tratamiento posible al coma que padece desde el 13 de febrero, cuando un alud se cruzó en su camino mientras esquiaba en la estación austriaca de Lech. Ese día, la vida del príncipe, de 43 años, entró en un oscuro túnel del que probablemente no salga nunca. La familia real holandesa, en estado de shock por la tragedia, ha formado una piña para arropar al único de sus miembros que renunció a los derechos dinásticos por amor. Pero, ¿quién es Johan Friso?

El príncipe es el segundo de los tres hijos que tuvo la reina Beatriz de Holanda con su marido, Claus von Amsberg, ya fallecido. Es uno de los miembros de la dinastía de los Orange más desconocidos, porque siempre ha protegido su intimidad con auténtico celo. Es el más intelectual de sus hermanos y siempre ha demostrado más interés por ampliar sus conocimientos culturales que por cumplir con los fastos y el protocolo propios de la corte holandesa.

Estudió Ingeniería Mecánica en Estados Unidos, concretamente en la Universidad de California, en Berkeley, y realizó estudios sobre Industria Aeroespacial y Ciencias Empresariales en la Universidad Delft, en los Países Bajos. Muy interesado por la aeronáutica, hizo prácticas en la fábrica de aviones McDonnell Douglas y en MacKinsey.

Friso tiene fama de defender con contundencia aquello en lo que cree. Así lo hizo cuando decidió casarse con Mabel Wisse Smit, una joven holandesa licenciada en Políticas y Económicas por la Universidad de Ámsterdam, hija de un banquero, a la que conoció en una fiesta organizada por su íntima amiga, la princesa Laurentien, esposa de Constantino, hijo pequeño de la reina Beatriz.

Friso tuvo que renunciar a sus derechos al trono de Holanda para casarse con Mabel, tras hacerse público que esta había tenido una relación sentimental con Klaas Bruinsma, el narcotraficante más conocido del país, asesinado a balazos en 1991.

Mabel Wisse ocultó al Gobierno y a la reina Beatriz ese episodio de su vida, que acabó aireado por la prensa nacional con todo lujo de detalles. La respuesta del Gobierno fue desaprobar la boda, porque la joven había mentido y quebrado su confianza, una decisión que provocó una crisis en el seno de la familia real y que forzó la salida de Friso de la dinastía de los Orange. El príncipe holandés renunció a sus derechos sucesorios y, después de casarse con la mujer que quería, se fue a vivir a Londres, donde nacieron sus dos hijas, Luana, de 7 años, y Zaria, de 6.

La pareja vivía feliz en la capital británica, donde ella es directora del Open Society Institute, que organiza debates y conferencias sobre política internacional y derechos humanos, y él trabajaba de director financiero de una empresa de uranio. El matrimonio no quería que nada enturbiara su armonía, ni siquiera Wikipedia, y ambos trataron de borrar de la enciclopedia virtual la relación de Mabel con el narco Bruinsma. Y lo hicieron desde un ordenador de la residencia de la reina Beatriz. La modificación solo estuvo en pantalla una hora, y fue divulgada por la prensa.

Ahora el príncipe Friso no puede enterarse de lo que sucede a su alrededor. Ni siquiera de que su familia confía en un milagro que lo devuelva a la vida.