La llegada al mundo de la nueva princesa sueca suma un nuevo miembro a la lista de herederos europeos en la segunda línea de sucesión que deben ponerse a la cola para reinar porque primero les toca a sus padres. Victoria de Suecia dio a luz ayer a una niña, la última en unirse a este club de la realeza en lista de espera. Seis horas después, los nuevos padres y su hija abandonaron el hospital para trasladarse a su residencia en el palacio de Haga. La casa real sueca colgó la primera foto de la familia en su página de la red social Facebook.

La pequeña, todavía sin nombre conocido, es nieta del actual rey, Carlos Gustavo, y formará parte de una generación de reinas junto con Leonor (España), Amalia (Holanda), Elisabeth (Bélgica) e Ingrid Alexandra (Noruega). El Reino Unido, Dinamarca y Liechtenstein tienen como sucesores a hombres, los príncipes Guillermo, Christian y Josep Wenzel, respectivamente.

Aunque todos ellos lo tendrán difícil para colocarse la corona, ya que por delante están sus progenitores, algunos de los cuales casi ha llegado a la tercera edad esperando reinar. El caso más evidente es el de Carlos de Inglaterra, con 63 años y sin perspectivas inmediatas de sustituir a su madre, Isabel II, que tiene 85 y ningunas ganas de abdicar.

En Holanda, los rumores sobre la inminente abdicación de la reina Beatriz se lo ponen más fácil a su heredero, Guillermo, de 44 años, que ya prepara a su hija Amalia, de 8 años. En Bélgica, aguarda su turno Elisabeth, de 10 años, hija del príncipe Felipe, también a la espera porque todavía reina su padre, Alberto. La niña es la segunda en la línea de sucesión, aunque podía haber sido la primera si se hubiese cumplido el deseo de su tío abuelo, el rey Balduino, que no tuvo hijos con Fabiola y no quería que su hermano Alberto, actual rey, lo sucediera debido a su vida díscola. Prefería que lo hiciera en su lugar su sobrino Felipe, padre de Elisabeth.

Mientras, en España, cíclicamente surgen noticias que colocan al príncipe Felipe en el trono. Nada más lejos de la realidad, pues Juan Carlos no tiene intención de abdicar. Así que la infanta Leonor deberá esperar un poquito más.