Carla González Aranda, de 19 años, anunció el pasado 29 de noviembre en una rueda de prensa en Chile su cambio de nombre y sexo legal para ser reconocida administrativamente como mujer. La joven, hasta entonces una perfecta desconocida, es hija de Marcela Aranda, directora del Observatorio Legislativo Cristiano y portavoz de la asociación homofóbica Hazte Oír, que también está haciendo campaña por América del Sur, rodeada de amplia polémica.

Arropada por su pareja, una amiga y el movimiento de defensa de los derechos de los homosexuales Movilh, Carla González repasó su trayectoria vital hasta el cambio de sexo y confesó que no se habla con su madre desde hace tres años. Explicó que siempre se ha sentido mujer y que Aranda no lo aceptaba y siempre se instaló en un discurso homófobo.

González Aranda quiso ponerse de ejemplo de que "se puede salir adelante sin importar las circunstancias". Y reclamó a los niños y adolescentes que se sienten con un sexo distinto al del nacimiento "que sientan confianza de que no están solos". "Es un proceso complicado, personalmente, es difícil de llevar. Que busquen apoyo; independientemente si es en la familia biológica, amigos, o en la familia que uno se va haciendo, en instituciones; salir adelante. Tomar la decisión de mantenerse firme en su postura y no doblegarse, no dejarse pisotear por la presión social, aunque es complicado", dijo.

Y pidió a los padres "que sean un poco más abiertos de mente. No se cierren sólo a una opción, ni a lo que les dicen, busquen información, infórmense más. Si no están seguros de algo, busquen apoyo. Si su hijos les dicen que se sienten de una forma, no los juzguen por eso, sino que apóyenlos, estén con ello". Sober su caso personal, González Aranda aseguró que fue ella quien quiso hacer público su caso y que nadie la presionó.

Marcela Aranda, desde el Observatorio Legislativo Cristiano, llevó a Chile el polémico autobús de HazteOir que fue inmovilizado y denunciado en España por alentar mensajes de odio aunque un juez archivó la causa.

En Estados Unidos, el bús provocó numerosas protestas, así como en América del sur.