Lloró ayer Pamplona en forma de fina lluvia en esos minutos eternos que preceden a las 8.00 horas, igual que lo hizo el mundo la tarde del 9 de julio de hace un año. El aniversario por la muerte del torero Víctor Barrio se colaba en el recorrido del tercer encierro en la mañana del debut de la ganadería Puerto de San Lorenzo.

El ciclo de la vida volvía a representarse en los 875 metros de adoquines en los que ayer tomó el mando Huracán, un toro castaño de 620 kilos marcado con el hierro de La Ventana del Puerto que se propuso brindar su gesta al cielo y así, con la mente centrada en cumplir su cometido, tomó distancia de sus hermanos y enfiló solo desde la Cuesta de Santo Domingo a una velocidad de vértigo. Tanto es así, que en Estafeta se abrió un pasillo espontáneo a su paso para evitar arrollamientos asegurados. Así lo vieron pasar Mateo Ferris, de Onda, y también los almassorenses Samuel Valero, que estuvo arropado por la peña La Kripta durante el fin de semana, y Juan Luis Marín, que, después de cuatro años de ausencia, ha vuelto a reencontrase con su kalea.

Pocos pudieron aguantarle al animal el ritmo frenético, que se vio obligado a parar en seco en el vallado de Telefónica al tropezar con un mozo y caer. Entre ellos, un conocido corredor con pañuelo verde al cuello al que, curiosamente, el ejemplar salmantino arrastró varios metros por el pantalón al final del callejón tras tropezar con otros mozos, una escena en la que estuvo al quite Iván Fortuño con la sudadera de Aficionats al Bou de Almassora y que no pasó a mayores.

Por entonces, en el recorrido los corredores ya habían probado suerte en carrera con los cinco toros del Puerto de San Lorenzo restantes, que iban arropados por los cabestros. Entre los de casa, sobresalieron ayer las camisetas de Martín, de Les Alqueries, con la morada de la peña El Torico; Alfonso Alandi, de Segorbe, con la del Levante UD; así como Roberto Anglés, de la pena Calijona de Càlig.

DEBUT // La ganadería del Puerto de San Lorenzo entra en la historia con un encierro de 2’26” limpio de heridos por asta. Historia en la que nadie podrá borrar el nombre de Víctor Barrio.

El encierro de ayer fue el más multitudinario de los habidos en estos Sanfermines y el tiempo, que regaló una efímera lluvia antes de comenzar la prueba, respetó la carrera de los mozos que abarrotaron la capital navarra. La única incidencia fue el traslado a varios centros hospitalarios de cuatro corredores, todos con pronóstico leve y ninguno de ellos con heridas por asta de toro.