La Guardia Civil ha intervenido más de 500 kilos de cocaína a una red que actuaba en varios países de la Unión Europea y cuyos integrantes, asentados y detenidos en España, también tenían sustancias para elaborar unos siete millones de pastillas de éxtasis y anfetaminas.

La 'Operación Celta' se ha desarrollado en las provincias españolas de Barcelona, Tarragona, Granada, Cádiz, Valencia, Madrid y Pontevedra y en Francia, Rumanía y Holanda, y se ha saldado con la detención de ocho narcotraficantes de nacionalidades española, francesa, argentina y colombiana.

Se han practicado cinco registros en Sant Pere de Ribes, Sitges(Barcelona), Calafell (Tarragona) y Las Rozas (Madrid), y se han incautado 509 kilos de cocaína y una importante cantidad de sustancias precursoras para la elaboración de unos siete millones de pastillas de éxtasis y anfetaminas.

Los principales miembros de la red estaban asentados en España, aunque contaban con un importante entramado internacional que les daba cobertura para la introducción, a través de diversos puertos, de la droga o los precursores para su elaboración.

La Guardia Civil colaboró con la Policía de Rumanía y Holanda e intervino en un puerto de Rumanía una gran cantidad de sustancias para la elaboración de unos 7 millones de pastillas de éxtasis y anfetaminas, con la idea de enviarlas a Holanda para hacer allí la droga.

A TRAVÉS DE PUERTOS ESPAÑOLES Y FRANCESES

A partir de ese momento, la red fija su prioridad en la importación de cocaína a Europa, empleando puertos españoles y franceses.

En la operación los investigadores han intervenido tres envíos de cocaína, el primero en Lyón (Francia), donde se incautaron de 65,3 kilos de esa droga oculta en un contenedor.

El grupo había introducido esta cantidad de estupefaciente a modo de prueba para valorar la posibilidad de abrir esta vía para introducir grandes cantidades de droga, según la Guardia Civil.

Las aprehensiones llevadas a cabo en Francia y Holanda obligaron a la red a modificar las rutas de entrada del estupefaciente, optando por puertos españoles.

Posteriormente, en otras dos aprehensiones llevadas a cabo en los puertos de Algeciras (Cádiz) y de Valencia, los agentes intervinieron 340 y 104 kilos de cocaína respectivamente.

Estas intervenciones, efectuadas a pesar de que la red había trasladado efectivos a Cádiz y Valencia para vigilar el envío, hicieron que la desconfianza se arraigase entre los narcotraficantes, que establecieron nuevos contactos para mover la droga y asumieron ciertos riesgos.

Esto permitió a la Guardia Civil la identificación y detención en España de los todos los responsables de la organización, siempre con la estrecha colaboración de policías de Francia, Holanda y Rumanía.