La Audiencia Provincial de A Coruña ha ordenado en un contundente auto reabrir la instrucción del accidente del Alvia en Santiago de Compostela para aclarar hasta que punto influyeron en el siniestro las deficiencias de seguridad de la vía, gestionada por el ente público Adif.

La causa la ha instruido el juez Andrés Andrés Lago Louro, que la cerró con el maquinista de ese convoy, Francisco José Garzón Amo, como único acusado del el siniestro que el 24 de julio de 2013 se cobró la vida de 80 personas y se saldó con más de centenar y medio de heridos.

En su auto, la Audiencia ha estimado diferentes recursos de apelación, entre ellos los de los representantes de las victimas, que exigían sentar a los responsables de la vía en el banquillo de los acusados.

RIESGO DEMASIADO ELEVADO

Los magistrados de la Audiencia parecen dar la razón a las víctimas cuando sostienen que algunos de los informes periciales permiten sostener la existencia de indicios de que en la curva en la que el tren descarriló se producía un riesgo de accidente por error humano de tal intensidad que, de haber sido evaluado, habría impuesto su minoración o eliminación. “Se han producido en la evaluación del riesgo deficiencias técnicas que han determinado que se autorizara la circulación de trenes sin adoptar las medidas necesarias para evitar o reducir el riesgo de error humano para gestionar la reducción de velocidad en la curva”, apuntan en el auto.

El documento añade que “existen indicios de que el método aplicado por Adif, tanto como pauta general como en el caso investigado, presenta carencias que determinaron que no se apreciara el riesgo realmente existente y que se transfiriera o exportara al personal de Renfe sin evaluarlo ni adoptar medidas para comprobar que el riesgo se mantenía en niveles tolerables”.