Unos 90.000 conductores de la Comunitat Valenciana estarían afectados por la hepatitis C y, por tanto, sometidos a posibles fallos a la hora de conducir por las alteraciones debidas a la presencia de la ansiedad y la depresión, consecuencia del malestar emocional como efecto de la patología. Así lo advierte un extenso estudio de la VIU dirigido por el vicerrector de Ordenación Académica, Francisco Tortosa, y la profesora Alejandra Hervás.

El malestar emocional que puede conllevar la hepatitis C está representado, en la mayoría de los pacientes, por la aparición de depresión y el aumento de la ansiedad y de la irritabilidad. Estas alteraciones a nivel emocional puede provocar, a la hora de conducir, una disminución de la atención, alteraciones en la percepción y también un enlentecimiento en el funcionamiento sensor y motor.

El estudio de Tortosa y Hervás pretende describir en qué medida la ansiedad y la depresión están presentes en conductores con el virus. H