La detección precoz del cáncer de próstata, que desarrollará uno de cada diez varones españoles a lo largo de su vida, consigue que, tras una operación, entre el 85 y el 95% de los hombres de 40 a 50 años pueda conservar sus funciones sexuales y urinarias y lograr una mayor calidad de vida.

Así lo explicó ayer el profesor William J. Catalona, de la Universidad de Chicago (EEUU), y uno de los mayores especialistas mundiales en investigación del cáncer de próstata, que hoy realizará en directo una operación de carcinoma prostático en el marco del XI Curso Internacional de Urología que se celebra en Zaragoza.

Tras insistir en que la detección precoz está asociada, en general en todo el mundo, a la tasa de mortalidad, Catalona informó de que en el pasado muchos hombres no querían someterse a este tipo de cirugía debido a los riesgos que conllevaba: impotencia sexual e incontinencia urinaria.

Hoy en día, agregó, con las nuevas técnicas quirúrgicas si el cáncer de próstata se detecta pronto se pueden conservar los nervios responsables de dichas funciones, por lo que los varones podrán disfrutar de una vida normal.

Esto ocurre entre el 85 a 95% de los hombres de entre 40 a 50 años, un porcentaje de éxito que se reduce al 60% para los mayores de 60 años y al 50% para los que tienen más de 70.

Catalona, que ha realizado casi 4.000 intervenciones de cáncer de próstata y que ha diseñado un marcador que ha revolucionado el diagnóstico de estos tumores, recomendó la cirugía si se realiza de manera adecuada y si con ella se logra la recuperación permanente del paciente, es decir, que se encuentre igual que estaba antes, sin cáncer, sin incontinencia urinaria y con potencia sexual.

Ya que, agregó, con los tratamientos farmacológicos no se consigue la curación total y, aunque se ralentiza la progresión del tumor, que no desaparece, en el futuro aparecen efectos secundarios como son la incontinencia, impotencia, pérdida de masa muscular, aumento del contenido en grasa corporal y también la osteoporosis.