Han escarbado con ahínco en la gélida nieve durante horas y horas, también toda la noche, con temperaturas que llegaron a los menos 16 grados centígrados, bajo el peligro de nuevos temblores y aludes, y al final lo han logrado. Más de 40 horas después de la mortal avalancha que arrasó el hotel Rigopiano, en la región italiana de los Abruzos, los equipos de socorro han localizado con vida a una decena de personas, de las que al menos cinco ya han sido rescatadas.

El milagroso rescate se ha producido cuando incluso los socorristas habían perdido casi todas las esperanzas. Ya pasadas las once de la mañana, el silencio se ha roto por primera vez por los aullidos de los perros y un grito: «¡Están vivos!». Ha seguido una delicada operación para extraerlos del hotel derruido. Los socorristas han descendido por un gran hueco excavado en la nieve hasta las entrañas del edificio, y por ahí mismo los han sacado. Uno tras uno. «Han pasado tantas horas... Casi no podían hablar cuando nos han visto. Supongo que por la felicidad», ha explicado Marco Bini, del Rescate Alpino de la Guardia de Finanzas.

UNA BURBUJA / Entre los primeros en ser rescatados estaban Adriana y Gianfilippo, madre e hijo, familiares de Gianpiero Parete, el cocinero que se salvó del alud porque se había alejado del hotel en su automóvil para ir a buscar unas medicinas. Según han explicado los socorristas, han sobrevivido gracias a una especie de burbuja de aire que se creó en la cocina del hotel, donde habían quedado atrapados, y a un fuego que Adriana encendió.

También se han salvado otra niña y el pequeño Edoardo Di Carlo, un niño cuyos padres aún no han aparecido. «Es una situación indescriptible. Un milagro», ha afirmado Simona Di Carlo, la tía del menor, que es consejera regional en Pescara. Los supervivientes rescatados han sido trasladados a hospitales, mientras los equipos de rescate seguían trabajando contra reloj para salvar a los restantes localizados que aún permanecían bajo los gélidos escombros del hotel.

Ninguna noticia de los demás desaparecidos, cuyo número exacto ayer las autoridades decían desconocer, pero que se estiman en al menos unos 20.

La situación en la zona sigue siendo muy complicada por las bajas temperaturas y los daños causados por los terremotos del miércoles —de hasta 5,7 grados de la escala Richter— que, como en el caso del Rigopiano, originaron una serie de avalanchas.

Transcurridos dos días de la tragedia, también se ha confirmado este viernes la apertura de una investigación contra desconocidos bajo la hipótesis de «desastre culposo y homicidio involuntario». El objetivo de la indagación, abierta por los fiscales de Pescara Cristina Tedeschini y Andrea Papalia es averiguar si hubo actos negligentes en el origen de la tragedia. En concreto, de lo que se trata es de indagar sobre la ubicación del Rigopiano, situado en una ladera de los Apeninos, en un sitio que algunos han calificado de «arriesgado».