Una minuciosa investigación en la que se analizaron todos los objetos personales que rodeaban a un grupo de enfermos de fibrosis pulmonar idiopática (que significa causa desconocida) ha conducido a sus autores, neumólogos del Hospital de Vall d’Hebron, de Barcelona, a un hallazgo insólito: en algunos pacientes, esa grave insuficiencia respiratoria tuvo como origen el edredón de plumas de ave con que se cubrían en invierno.

El doctor Ferran Morell, responsable del área de Neumología en Vall d’Hebron y autor del estudio, desaconseja el uso de edredones y almohadones de pluma a quienes son diagnosticados de neumonitis por hipersensibilidad vinculada a las aves, ya que esta dolencia conduce a la pérdida de capacidad pulmonar que caracteriza a la fibrosis. Recuerda Morell, no obstante, que millones de españoles duermen bajo un edredón de plumas de ave en los meses fríos y que el cálido utensilio solo se convierte en un riesgo para la salud cuando coincide una predisposición genética que causa la citada reacción hipersensible. Se percibe en forma de fatiga al hacer un esfuerzo que con anterioridad no causaba ahogo. Para estos enfermos, el hallazgo de Vall d’Hebron, publicado ayer en la revista The Lancet Respiratory Medicine, será de gran trascendencia, indicaron los investigadores, ya que conduicirá a la elaboración de anticuerpos específicos, el tratamiento eficaz de una enfermedad que no detectada a tiempo resulta mortal cuatro o cinco años después del inicio.

La fibrosis pulmonar da lugar a numerosos endurecimientos, una especie de cicatrices o fibromas, en la cavidad de ambos pulmones. Esas protuberancias reducen la capacidad de inhalar y exhalar aire. Los afectados perciben, al principio, una cierta fatiga al subir escaleras o hacer una leve carrera y, salvo que sean habituales del ejercicio físico, en cuyo caso tomarán pronto conciencia, pueden llegar al diagnóstico con la enfermedad avanzada. “En la vida cotidiana, apenas utilizamos la mitad de la capacidad respiratoria de nuestros pulmones, por lo que es habitual que cuando los enfermos de fibrosis toman conciencia de su fatiga hayan perdido dos cuartas partes de su potencial pulmonar”, dice. H