La crianza en casa gana adeptos y en algún caso hasta se invierten los papeles tradicionales. Muchos padres deciden acompañar a sus hijos en el ciclo inicial de la formación y optan por quedarse en casa cuidando de su vástago. Esgrimen que les pueden enseñar mucho más que una profesora, reforzando su desarrollo.

No obstante, la mayor dificultad para estos padres primerizos es la gestión de los berrinches y las rabietas. En ese sentido, la psiquiatra y psicoanalista Eulàlia Torras de Beà, experta en infancia y autora de La mejor guardería, tu casa, da claves para una crianza saludable que lleve al niño a integrarse poco a poco en su entorno: «Me parece importantísimo que aprenda que todo lo que él desea no puede ser, que sus padres no le pueden bajar la Luna en un cesto. El resultado de creer que el no no existe es una personalidad regresiva, una falta de evolución emocional y el origen de niños consentidos y mucho más materialistas».

La masificación de las escuelas infantiles es uno de los motivos que llevan a muchos padres a cuidar de sus hijos en casa hasta P3. Estos progenitores que se aventuran a protagonizar su educación inicial argumentan que, en la guardería, no tienen tantos estímulos ni están acompañados a nivel emocional, puesto que defienden que hasta los 3 años lo principal no es la socialización sino tener el referente de sus padres, desarrollar la capacidad emocional y aprender a resolver situaciones de todo tipo.

¿GUARDAR AL NIÑO? // El nombre de guardería ya es para echar a correr, aporta Ramón Ollé, fundador de Crianza Natural, empresa que difunde «la crianza respetuosa». «¿Guardar al niño? ¿Qué es eso», plantea este impulsor del homeschooling, sistema arraigado en EEUU que busca que «el niño aprenda con más libertad siguiendo sus instintos, jugando, entendiendo las cosas; que aprenda en el mundo real, no dirigiéndolo desde una mesa». Él optó por educar a sus hijas en el hogar hasta su entrada en el instituto.

La doctora Torras de Beà da en el blanco: «No se trata tanto de guardería o crianza en casa como de la calidad de la relación que el niño puede establecer con quienes lo cuidan». Generalmente, podrá ofrecer más atención una persona constante que se ocupe de él, pero si los padres están ocupados, será preferible la estabilidad de una institución».