Un nuevo estudio sobre la Sábana Santa de Turín apunta a que ciertas manchas de sangre no serían compatibles con la posición de un cuerpo, ni en la cruz ni en un sepulcro, aunque algunos expertos ponen en duda sus resultados.

El estudio que publica el Journal of Forensic Science está firmado por el antropólogo forense de la Universidad británica John Moores de Liverpool Matteo Borrini y el químico de la universidad italiana de Pavía Luigi Garlachelli.

Los expertos realizaron pruebas de técnicas forenses para establecer si las manchas de sangre en la Síndone conservada en la catedral de Turín (norte de Italia) corresponden a las que dejaría un cuerpo envuelto en ella después de haber sido crucificado.

Uno de los expertos, Garlachelli, se prestó como voluntario para realizar algunas pruebas en las que se usaron tanto sangre real como sintética que se dejaba correr a través de un catéter. El estudio se centró en la posición que debería tener el cuerpo para dejar manchas similares a las del sudario y concluyó que algunas de ellas «parecen creadas con un dedo o hechas con un pincel».