La pantalla no solo absorbe la atención sino que una excesiva dependencia de ella resta felicidad, sueño, añade kilos y mengua la autoestima, sobre todo entre los adolescentes. Lo afirma un estudio estadounidense de prestigiosos psicólogos de la Universidad de San Diego, que ha comparado datos de jóvenes usuarios de varios países durante seis años.

Jean M. Twenge, autora del libro ‘iGen. Why Today's Super-Connected Kids Are Growing Up Less Rebellious, More Tolerant, Less Happy--and Completely Unprepared for Adulthood--and What That Means for the Rest of Us’ y responsable del estudio ha usado datos de Monitoring the Future, un estudio sobre adolescentes estadounidenses que comenzó en 1975 y que acumula datos sobre adicciones juveniles de 11 millones de personas.

Los datos de mayor infelicidad y el repunte de suicidio juvenil aumenta desde el 2012, cuando los investigadores consideran que se produce un mayor aumento del uso del móvil entre los jóvenes. A partir de ese momento, detectan, se registran menores niveles de autoestima,

Los investigadores sostienen que los adolescentes que pasan más tiempo ante el smartphone sea con videojuegos, redes sociales o con mensajería son “menos felices que los que invierten más tiempo en actividades no vinculadas a la pantalla como deportes, leer diarios o revistas y la interacción entre personas”.

Menos sueño

La pantalla nos lleva a ser más infelices, según Twenge, pero “la infelicidad no conduce a más uso de redes sociales”, añade. Por el contrario, tampoco la ausencia de pantallas en la vida conduce a más felicidad. Según sus conclusiones, los jóvenes más felices son los que usan los medios digitales menos de una hora al día. A partir de una hora, la infelicidad aumenta proporcionalmente al tiempo de uso.

Según sus datos, las chicas llegan a pasar 2,4 horas ante el móvil y los chicos un poco menos, pero las mujeres tienen más tendencia a perder horas de sueño por estar conectadas. El 46% de las chicas duermen menos de 7 horas, por el 34% de los varones. Y la pérdida de horas de sueño induce al organismo a no procesar bien los datos y a tener más hambre.

La investigadora concluye que la clave es limitar el uso. “Intente pasar no más de dos horas al día ante una pantalla e intente aumentar el tiempo que pasa con amigos y haciendo ejercicio, dos de los ejercicios que conducen a una mayor felicidad”, sostiene Twenge.