Jian Lin Wan, de 51 años, regentaba un día más su tienda situada en Carmona (Sevilla), cuando un hombre, con actitud agresiva, perturbó su atención. Eran las 20.30 horas del sábado. El cliente había entrado en el establecimiento, había cogido una litrona de cerveza de la nevera y se disponía a salir del local sin pagar. El dependiente, de origen chino, le recriminó su acto y los dos se enzarzaron en una discusión, durante la cual el presunto ladrón --un conocido delincuente de la localidad con más de cien antedentes, por los cuales había estado cinco años en prisión-- se sacó un cuchillo y le asestó varias puñaladas, una de ellas en el cuello.

El herido pudo pedir ayuda y fue atendido inicialmente en la misma calle, para ser derivado al hospital Virgen Macarena de Sevilla, donde acabó falleciendo por la profunda gravedad de los cortes a los pocos minutos.

La información que aportaron los cuatro testigos que presenciaron los hechos fue clave para rastrear al agresor --A. G.R., de 35 años-- y varias patrullas de la se personaron en su casa, que a la postre resultaría la de su madre.

El hombre se resistió a salir de la vivienda y arrojó un cóctel molotov para intentar agredir a los agentes. También amenazó con explotar bombonas de butano si no se iban, lo que obligó a los efectivos a desalojar a los vecinos de las casas colindantes. Finalmente, los agentes entraron a la fuerza en el domicilio y lo arrestaron.