Los niños que son alimentados con leche materna son más inteligentes que los que consumen leche artificial, según las conclusiones de una tesis doctoral desarrollada en el Hospital Universitario Reina Sofía y la Facultad de Medicina de Córdoba.

El jefe de Pediatría del Reina Sofía, Ramón Cañete, que ha dirigido la tesis Influencia de la lactancia materna sobre el desarrollo mental y psicomotor del niño a los 18 meses de edad, explicó que mientras que los pequeños que han recibido leche materna "son más inteligentes", el desarrollo psicomotor no varía respecto a los otros bebés. Cañete indicó que a pesar de los esfuerzos de la industria farmacéutica por intentar imitar las propiedades naturales de este producto, "no se pueden igualar porque se desconoce la composición exacta de la leche materna".

Algunas de las conclusiones del trabajo se publicaron el pasado febrero en la revista Clinical Pediatrics. Concretamente, los niños que han recibido leche de su madre presentaron de 9 a 10 puntos más de inteligencia --según la escala Bayley, que valora el desarrollo mental y psicomotor--, por lo que Cañete destacó la conveniencia de dar el pecho a los hijos porque "esta leche contiene algunos lípidos como el ácido araquidónico y decosahexaenoico que no están presentes en compuestos no naturales y actúan sobre el desarrollo neuronal".

En el estudio, que ha sido la tesis doctoral de la médico generalista Manuela Gómez Sánchez y se ha prolongado cuatro años, han participado 249 niños de ámbitos rurales y urbanos. Los profesionales recomiendan amamantar a los bebés hasta los cuatro o seis primeros meses de vida, además de completar con otros compuestos cuando el niño no queda saciado, y añadir alimentación complementaria a partir de este periodo.

Finalmente, Cañete explicó que dar el pecho al niño no sólo es beneficioso para éste sino también para la madre, quien en su estrecha relación con el lactante recibirá una "potenciación de sus efectos maternos".