Las Fallas se levantan cada año en las calles y plazas de noventa municipios de la Comunitat Valenciana y, aunque esta fiesta es más popular en las localidades de la provincia de Valencia, siete poblaciones de Alicante y otras seis de Castellón se suman también a una tradición que se extiende más allá de los límites de la capital.

Con pólvora y buñuelos, en las localidades castellonenses de Benicarló, Burriana, Vall d'Uixò y Almenara también queman sus monumentos el 19 de marzo, pero otros tres municipios de esa provincia, Segorbe, Turís y Peñíscola, se saltan la ortodoxia del calendario e imponen su propio horario.

En Viver, las fiestas llegan tres días después de que en Valencia exploten los últimos "masclets", y los monumentos, que se plantan la noche del 22, se deshacen entre las llamas el sábado 24, al tiempo que en Segorbe plantan y queman, todo en una misma jornada, sus dos fallas.

Eclipsada por Benicarló y Burriana, dos localidades con una consolidada tradición fallera, Peñíscola también intenta desde hace cinco años sonar con fuerza entre tanta explosión fallera y, por segunda vez, plantará este año sus monumentos del 22 al 30 de abril, cuando el puente de mayo atraiga a los primeros bañistas.

El ruido de las Fallas también se extiende por Alicante, donde peinetas y blusones se pasean por las calles de Calpe, Dénia, Pego, Benidorm y Xàbia, todos ellos municipios costeros, turísticos y falleros.

Pero no todos viven las fiestas al ritmo de la capital, como ocurre en Elda, donde las Fallas salen a la calle antes de que llegue el otoño, entre el 13 y el 17 de septiembre, y el estruendo de la pólvora rodea los monumentos de las diez comisiones de la localidad, que el año pasado cumplieron su 75 aniversario prendiendo la mecha fuera de temporada.

Por tradición o por pragmatismo, otras localidades valencianas celebran estas fiestas al son que se toca en la capital y, como en Real de Montroi y en Yátova, la "cremà" se adelanta una semana para que sus músicos puedan desfilar primero por sus calles y después, por las de Valencia.

En torno a ella, muchos municipios de L'Horta también se suman a una fiesta que colapsa la vida de las poblaciones del Nord, como Godella, Moncada o Rocafort; del Sud, como Benetússer, Massanassa o Alfafar, y del Oeste, como Paterna, Manises, Mislata, Torrent o Aldaia.

Sin embargo, la pólvora fallera también se expande por diversas localidades del Camp del Turia, como Bétera, Náquera o la Pobla de Vallbona, y de la Ribera Alta, como Alzira, Alginet o Ribarroja.

Además, comisiones y comparsas se mezclan en Xàtiva, capital de la Costera, y en Onteniente, de la Vall d'Albaida, dos comarcas en las que las fiestas de Moros y Cristianos cuentan con gran arraigo.

En Cofrentes, por su parte, se adscriben a la festividad de San José Obrero, titular de la parroquia de esta localidad, para celebrar sus propias Fallas el 1 de mayo, cuando muchos trabajadores valencianos, que esa jornada celebran su Día, están ya pensando en la próxima plantà.