Escoltado por su familia y amigos, Sebastián Palomo Linares, fallecido el lunes a los 69 años, ya es historia del toreo tras un último adiós más de rosa que de luces, marcado por la ausencia de toreros de renombre en su capilla ardiente y la presencia de estrellas del corazón. Solo Enrique Ponce, Jaime Ostos, Ortega Cano, Curro Vázquez, el Soro, el Niño de la Capea, Espartaco o César Rincón dieron relumbrón taurino a la capilla. Sí acudió la ministra Mª Dolores de Cospedal. EFE