El Papa ha advertid del "hedor a cerrado" de la comunidad cristiana que se encierra en sí misma al subrayar ante cientos de fieles que para Dios "nadie está definitivamente perdido", durante la audiencia general de este miércoles.

Francisco ha alertado del peligro de considerar las apostasías o la pérdida de fe como algo normal. "En la comunidad cristiana siempre hay alguno que falta y se va dejando el puesto vacío. Esto a veces es descorazonador, una enfermedad sin remedio, es entonces cuando corremos el peligro de encerrarnos en un rebaño y, en vez de tener olor a oveja, se tendrá olor de cerrado", ha advertido.

Durante la catequesis, ha reflexionado sobre la parábola del 'buen pastor' que carga en sus hombros con la oveja perdida, que ha definido como "el icono que demuestra que la cercanía a los pecadores no debe escandalizar sino, al contrario, provocar una reflexión sobre cómo se vive la fe".

Por ello, ha arremetido contra la "soberbia" y el "orgullo" de los que se creen justos y ha resaltado que "Dios no conoce la actual cultura del descarte" porque "Dios no descarta a nadie". "Dios ama a todos y busca a todos, uno por uno. Él no conoce esta palabra descartar la gente porque es todo amor y misericordia", ha concluido.