El papa Francisco se encontrará con víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos durante la visita que el Pontífice efectuará a Irlanda este fin de semana, según informó ayer el Vaticano. El portavoz del Vaticano, Greg Burke, explicó que los detalles del encuentro no serán notificados hasta que concluya y será entonces cuando las víctimas que quieran podrán hacer declaraciones a los medios. El anuncio se ha producido un día después de que el Papa hiciera pública una carta en la que pedía perdón por los casos de pederastia y por el encubrimiento de sus responsables.

Irlanda, de fuerte tradición católica, ha sido uno de los países más afectados por los casos de abusos sexuales y castigos físicos sistemáticos a lo largo de todo el siglo XX y donde la jerarquía eclesiástica siguió la política de negar las advertencias, ningunear a las víctimas y tapar a los agresores con traslados de parroquia cuando saltaba el escándalo.

En este sentido, hubo casos como el del fraile Brendan Smyth que durante 40 años violó y abusó sexualmente de decenas de menores en Belfast, Dublín y Estados Unidos. Fue parte de la Investigación de Abusos Institucionales Históricos (HIA), que durante los últimos tres años ha revisado las alegaciones de abusos cometidas en 22 instituciones de Irlanda del Norte entre 1922 y 1995 y cuyas conclusiones fueron publicadas el año pasado en un documento de 23.000 páginas. Coordinado por el juez jubilado Anthony Hart, recoge el testimonio de 493 personas que pasaron su infancia en residencias, centros de acogida y enseñanza a cargo de religiosos. La comisión dio por probados abusos y maltratos «sistemáticos» y «numerosos».

Esta semana, el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin instó a Francisco a hablar «abiertamente y con franqueza» del pasado de la Iglesia en Irlanda en su visita al país, al tiempo que reiteró que «no basta con pedir perdón».