La historia de una acaudalada pareja británica que diseñó a su nieto y heredero con el esperma de su hijo fallecido y sin su consentimiento ha creado una gran polémica en el Reino Unido según publican varios medios nacionales.

Según relatan los medios, la pareja, que ha permanecido en el anonimato, decidió extraer el esperma de su hijo después de que muriera en un accidente de tráfico, a pesar de no tener su permiso expreso. El semen, que fue congelado acto seguido, se envió a Estados Unidos y sirvió a la pareja para tener, mediante gestación subrogada, a su nieto.

El nieto, que hoy tiene ya tres años y vive con sus abuelos en el Reino Unido, fue concebido en una clínica estadounidense especializada en fertilidad y selección de género, algo que no es legal en el Reino Unido. Según medios británicos, el doctor que realizó las intervenciones, David Smotrich, no era consciente de que la pareja no contaba con el consentimiento de su hijo fallecido para llevar a cabo dicha gestación.

Smotrich ha admitido que la propuesta de la pareja, que ha descrito como extremadamente adinerada, era «inusual», pero que «fue un honor» para él «poderles ayudar en tan trágica situación», pues aseguraban que su hijo, que tenía 26 años cuando murió, «lo hubiera querido».

En el Reino Unido no es legal extraer semen sin el consentimiento expreso del fallecido y por ello, se considera que el urólogo que lo hizo y lo congeló podría haber cometido un delito por el que podría ser juzgado.