Todos los vehículos que circulen por la ciudad de París a partir de este lunes tienen que estar identificados con unas etiquetas que señalan el nivel de emisiones que generan, un dispositivo que se utilizará en particular cada vez que se produzcan picos de polución para restringir la circulación de unos y otros.

Las seis etiquetas, que van de la verde (para coches eléctricos o de propulsión con hidrógeno) a la gris (para los vehículos de la norma Euro 2) son necesarias para circular entre las 8 de la mañana y las 8 de la tarde de lunes a viernes, también para los automovilistas con matrícula extranjera.

No obstante, el ayuntamiento y la prefectura de policía han señalado que no se sancionará su ausencia en los primeros meses de vigencia (la multa prevista es de 68 euros para los coches y de 135 para las furgonetas), para privilegiar una acción de concienciación.

Las etiquetas se pueden obtener por internet en una página delMinisterio de Ecología que es el que puso en pie este sistema, que tiene vocación a ampliarse a otras ciudades o territorios, ya que son los responsables locales los pueden decidir su puesta en marcha.

En el caso de París, su ayuntamiento desde el 2015 anunció un calendario para la progresiva prohibición de los vehículos considerados los más contaminantes.

Eso comenzó en julio de 2016, momento en que la interdicción afectó a los vehículos diesel y de gasolina matriculados antes de 1997, que no pueden circular entre 8 de la mañana y 8 de la tarde de lunes a viernes.

El objetivo de la capital francesa es proscribir totalmente los diésel en el horizonte de 2020.

Las etiquetas se utilizarán, sobre todo, cuando se produzcan picos de polución como los que se multiplicaron el pasado mes de diciembre.

En esos casos, y según la gravedad de la situación, se impedirá que circulen los coches dotados de los colores que señalan los motores más contaminantes.