En noviembre pasado la comisión de pesca de la Eurocámara optó por mantener, durante un periodo de cuatro años más, la excepción que permite al 5% de la flota de arrastre de los Estados miembros utilizar la pesca eléctrica en el mar del Norte por motivos experimentales. Tras una intensa campaña liderada por las organizaciones ecologistas, el pleno del Parlamento Europeo ha cambiado de opinión y ha rechazado no solo el ‘status quo’ sino generalizar el uso de este arte de pesca en la Unión Europea, tal y como propone la Comisión Europea.

La decisión supone un duro correctivo para el Ejecutivo comunitario que parte de la base de que los últimos informes científicos le dan la razón y que la estimulación eléctrica, si se controla adecuadamente, “puede ofrecer una alternativa de pesca ecológicamente más benigna reduciendo los descartes, los daños al fondo marino y las emisiones de CO2”. Ecologistas, medioambientalistas y asociaciones de pescadores discrepan rotundamente. Alertan de que este tipo de aparejos, que emiten golpes de corriente al tocar el fondo marino facilitando así las capturas, son tan dañinos como el arrastre de fondo y que deben ser definitivamente prohibidos de los mares europeos.

Estos argumentos, que trasladaron la semana pasada durante un seminario en Bruselas, han convencido al grueso de eurodiputados que han aprobado este martes el informe sobre medidas de control pesquero en la UE. 402 han apoyado la enmienda que pedía la prohibición del uso de esta técnica frente a los 232 que se han pronunciado en contra y los 40 que se han abstenido. Esto significa que el negociador de la Eurocámara, el eurodiputado popular español Gabriel Mato y ponente del documento, tendrá el mandato de impedir que Bruselas levante la prohibición durante las negociaciones a tres bandas que se abrirán ahora con el Consejo y la Comisión Europea en busca de un compromiso final.

Llamamiento a los gobiernos

"Ahora hace falta que los Estados miembros tengan en cuenta este resultado y que Francia salga de su silencio", ha reclamando el eurodiputado ecologista, Yannick Jadot, satisfecho con la importante victoria lo mismo que otros colegas como los socialistas Mark Tarabella o Isabelle Thomas. "Es una gran victoria para los recursos, los ecosistemas y los ciudadanos que se han movilizado", ha valorado la socialista francesa.

La prohibición de usar artes de pesca destructivos, como explosivos, veneno, sustancias soporíferas, martillos neumáticos o corriente eléctrica, se remonta al año 1998. No obstante, una derogación propuesta por la Comisión Europea y autorizada por el Consejo permite desde 2007 utilizar de forma limitada este controvertido método del que se ha beneficiado hasta ahora casi exclusivamente la flota holandesa. Según la organización ecologista Bloom, Holanda dispone de 84 licencias y ha recibido en los últimos dos años 5,7 millones de euros en fondos europeos para adaptar sus buques a este tipo de técnica que, según denuncian, no solo es destructiva sino que se desconoce su impacto sobre los juveniles.

Las nuevas reglas, una vez que sean pactadas con el Consejo y la Comisión, actualizarán una treintena de reglamentos que establecen un marco común sobre artes y métodos de pesca, tamaños mínimos autorizados en las capturas y limitaciones de pesca en determinadas áreas o periodos específicos. Además de reiterar la prohibición de artes destructivas, también incluyen precisiones sobre las especies de pescado y crustáceos y moluscos, cuya pesca queda prohibida, y prohíben prácticas como la selección cualitativa. Es decir, descartar peces de bajo precio que están sujetos a límites de capturas, aunque podrían desembarcarse legalmente, para maximizar el valor de las capturas.