Medio centenar de jóvenes protagonizaron una auténtica batalla campal durante la tarde del viernes en Melilla en protesta por los criterios de reparto de los planes de empleo públicos. Durante los altercados resultaron heridos una decena de agentes de la Policía, alguno de los cuales asegura que los agitadores portaban pistolas con munición real del calibre 22. Uno de los disparos, de hecho, alcanzó el escudo de un agente.

Los disturbios se produjeron en La Cañada de Hidum, una de las zonas más marginales de la ciudad autónoma, de mayoría musulmana y con una alta tasa de desempleo. Lo que empezó siendo una concentración de protesta de las muchas que se registran en el barrio se descontroló sobre las 16 horas, y varios de los jóvenes -algunos encapuchados-- trataron de formar una barricada con neumáticos y contenedores mientras lanzaban piedras, clavos e incluso cócteles molotov a los agentes que intentaban controlar la protesta.

Cuando la Policía trató de desmontar la barricada, fueron recibidos con disparos de escopetas de perdigones y postas, según la versión policial, que asegura que se oyeron incluso algunas detonaciones de armas de verdad y que incluso uno de los disparos impactó en el escudo defensivo de un agente.

Los disturbios fueron avanzando hasta concentrarse delante de un edificio, donde se atrincheraron los manifestantes, que llegaron a cortar la luz de la zona para que los agentes quedaran a oscuras, lo que hace pensar a la Policía que la protesta estaba preparada con antelación. Las fuerzas de seguridad tuvieron que usar material antidisturbios, como pelotas de goma y botes de humo, para apaciguar la protesta, lo que consiguió sobre las 23 horas. También tuvieron que participar los Bomberos para extinguir las llamas de algunos de los contenedores y vehículos policiales.

Balance de resultados

Según el balance de la Delegación del Gobierno, el incidente se ha saldado con al menos ocho heridos, seis de ellos agentes y dos de los alborotadores que estaban manipulando un cóctel molotov. Otras fuentes elevan la cifra de agentes heridos hasta diez.

No es la primera vez que se producen incidentes de este tipo en la zona al conocerse que pocos de sus vecinos han sido seleccionados para participar en los planes de empleo público. Se trata de puestos de trabajo de mantenimiento de jardines o limpieza, que garantizan un sueldo digno durante al menos seis meses, y en los que los jóvenes de las barriadas más azotadas por el paro ponen muchas de sus esperanzas.