La presentación de la exposición más completa realizada nunca sobre El Bosco con motivo del quinto centenario de su muerte se supone que debía haber tenido al genio flamenco como protagonista. Pero no, todas las miradas y todas las discusiones del acto, celebrado esta mañana en el Museo de El Prado, han estado centradas en el Bosch Research and Conservation Project, un comité científico creado en Holanda con motivo de la efeméride, cuya mayor controversia ha sido afirmar que ‘La extracción de la piedra de la locura’, ‘Las tentaciones de Sant Antonio Abad’ y ‘La mesa de los Pecados Capitales’, tres de los seis óleos que custodia la pinacoteca madrileña, no habrían salido de la mano del pintor. Conclusiones que los expertos de El Prado “respetan”, afirma Miguel Falomir, director adjunto del centro, pero no comparten en absoluto.

Así que tocaba refutar con más estudios la opinión holandesa. Y la pinacoteca lo ha hecho. Primero, desarmando los argumentos de índole científica y documental; luego, los estilísticos. Para los primeros, Falomir ha invocado a las pruebas científicas: la dendrocronología y el estudio de los pigmentos se corresponden con las fechas que maneja El Prado y que encajan con los años de producción de El Bosco, no con fechas posteriores, como argumentan los holandeses. Y luego se ha referido a las pruebas documentales. Solo se conserva un documento relativo a las obras de El Bosco, un documento que cita una pieza encargada por Felipe el Hermoso y no conservada. Así que pocos papeles hay a los que agarrarse a parte de un escrito de Felipe de Guevara (siglo XVI) que resulta confuso y que no aclara, como los holandeses esgrimen, que ‘La mesa de los Pecados Capitales’ es una copia. “No se trata de inmovilismo o de defender a capa y espada nuestra colección. Hemos demostrado en el pasado que cuando una obra no era de quien pensábamos, no hemos tenido ningún problema en cambiar la atribución”, afirma Falomir. De hecho, El Prado recientemente ha cambiado la autoría de una importante pieza como es ‘La infanta Margarita’, durante años colgada con la firma de Velázquez y ahora incluida en el catálogo de su yerno Juan Bautista Martínez del Mazo.

La parte estilística ha corrido a cargo de la especialista Pilar Silva, que uno a uno ha rebatido con argumentos y detallados ejemplos las discordancias de dibujo, pintura o estilo que el comité holandés discutía para otorgar las tres piezas a El Bosco. “El museo mantiene la autoría de las obras porque no hay nada que nos indique que no son de El Bosco. Nadie que no fuera él podría haberlas hecho. No es un auto de fe. Los argumentos están ahí”, ha concluido la experta.

LA FASCINACIÓN DE FELIPE II

De manera que las tres piezas en cuestión cuelgan como atribuidas a El Bosco en la magna exposición que reúne 21 lienzos y ocho dibujos, lo que supone un 75% de la producción de El Bosco, según El Prado. La muestra lleva por nombre ‘El Bosco. La exposición del V centenario’ y, patrocinada por la Fundación BBVA y comisariada por Silva, homenajeará en la pinacoteca madrileña al maestro del renacimiento en el quinto centenario de su muerte, tal como indica el título, desde el martes y hasta el 11 de septiembre. Es la mayor exposición realizada sobre el artista, no en vano en España se halla la colección de originales más numerosa de El Bosco. Colección que debe su existencia a Felipe II. El hijo de Carlos V sentía fascinación por el pintor flamenco y sus tablas, a las que atribuía un carácter religioso y moralizante. Es por eso que intentó conseguir tantas piezas como pudo. Y es por eso que en España se conserva un gran número de pinturas de este artista, cuya imaginación llenó de personajes imposibles, mundos inimaginables, sueños, pesadillas, cielos e infiernos sus obras.

Además de las seis piezas maestras que conserva la pinacoteca madrileña (‘El Jardín de las Delicias’, ‘La Adoración de los Reyes Magos’, ‘El carro del heno’ más las tres citadas), El Prado ha conseguido reunir para la exposición otras obras capitales de su producción como lo son el ‘Tríptico de las tentaciones de San Antonio Abad’, del Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa; la ‘Coronación de espinas’, de la National Gallery de Londres; y el dibujo del ‘Hombre-árbol’, una joya custodiada en la Albertina de Viena. Estarán presentes también otras dos piezas importantes procedentes de colecciones españolas: el ‘Cristo camino del Calvario’, de Patrimonio Nacional, y ‘San Juan Bautista’, de la Fundación Lázaro Galdiano. La exposición la completan relieves, grabados, miniaturas y pinturas de otros autores que contextualizan el ambiente en el que El Bosco creó. En total medio centenar de obras.

SANTOS Y RADIOGRAFÍAS

Poco se sabe de la vida del genio. Pero que si hay algo seguro, es que creció, creó y murió en Den Bosch (también conocida como Hertogenbosch) y que abandonó su nombre, Jeroen van Aeken, por el de la ciudad. No está claro ni dónde nació ni cuándo, pero nadie duda de que su familia, toda dedicada a la pintura, llegó a Den Bosch procedente de Aquisgrán. Poco más hay de cierto sobre el autor, más allá de que se casó con Aleid van den Meervenne, fue miembro de la poderosa Ilustre Hermandad de Nuestra Señora y que el 9 de agosto de 1516 se ofició su funeral en la catedral. De ahí, de la poca información que se conoce del artista, que la exposición de El Prado no tenga una ordenación cronológica sino temática. Siete apartados con una pieza capital central alrededor de la cual giran el resto. Y de ahí, que la entrada a la muestra la den sus conciudadanos, pintores que trabajaron en Den Bosch en vida del genial creador y que retrataron la ciudad o al propio autor (Cornelius Cort lo plasmó en un grabado).

Presentado el personaje, son las propias obras de El Bosco las que centran los temas: como el dedicado a los santos, hay numerosos óleos que salieron de su pincel con esa temática, desde el famoso ‘Tríptico de las tentaciones de San Antonio’ Abad’, del Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa al fragmento dedicado al mismo santo del Museo de Kansas City recientemente atribuido al pintor flamenco; o el apartado dedicado a la pasión de Cristo con el ‘Ecce Homo’ del Städel Museu de Fráncfort y ‘La coronación de espinas’ de la National Gallery de Londres a la cabeza. ‘El jardín de las delicias’ tiene apartado propio con radiografías y refrectolofías incluidas para poder observar tanto los dibujos subyacentes como los cambios que sufrió la pintura durante su proceso creativo. No en vano, antes de la exposición, El Prado ha dedicado dos décadas al estudio de las piezas y a su restauración.

COLAS ASEGURADAS

Además del catálogo, la muestra llega con un documental de José Luis López Linares, ‘El Bosco. El jardín de los sueños’, en el que numerosos personajes -Salman Rushdie, Orhan Pamuk, Miquel Barceló, Cees Nooteboom y Philippe de Montebello, entre otros- hablan de la pintura del genio; un cómic creado por Max, ‘El tríptico de los encantados’; y un alargamiento del horario junto con la recomendación de comprar la entrada por anticipado. Es la fascinación por El Bosco (y las colas que genera).