Poco después de que las campanadas anunciaran el 2013, el príncipe Guillermo de Inglaterra abandonó a su mujer Catalina en misión de ayuda. Al mando del helicóptero Sea Kings de las Fuerzas Aéreas Británicas, el heredero, que estaba de guardia, participó en una operación de rescate en el muelle de Blackpool. Dos hombres cayeron al mar por el fuerte oleaje. Uno llegó a tierra pero el otro desapareció y no pudo ser rescatado tras más de tres horas de búsqueda.