En un artículo publicado en 1970 con el título de 'Un género que no existe', el cineasta alemán Wim Wenders, uno de los directores más interesados en las relaciones entre cine y rock, comentaba la dificultad de acceder entonces a los documentales musicales. Decía el director de 'El amigo americano' que se organizaban pequeños festivales alrededor del tema en los que podían verse aquellas películas que después no iban a tener distribución en sala.

Han pasado 46 años, pero lo dicho por Wenders sigue vigente. El llamado 'rockumental' sigue sin existir como género, al menos como consideramos el género cinematográfico. Y no existe, en parámetros comerciales, porque su distribución sigue siendo difícil más allá de un filme que se convierte en inesperado evento ('Searching for Sugar Man' hace cuatro años) y su vida se organiza alrededor de los certámenes especializados, tipo In-Edit, y la distribución en DVD.

Pero en el mes de noviembre van a coincidir en cartel cuatro documentales de rock. Se habrán pasado en diversos festivales, incluido el In-Edit, pero la noticia es que después van a tener vida, larga o corta, en las salas comerciales.

DE ZAPPA A MORENTE

'Supersonic' (estreno el 28 de octubre) versa sobre Oasis, el grupo bandera del britpop de los 90. 'Eat that question: Frank Zappa en sus propias palabras' (4 de noviembre) recorre la obra del autor de 'Hot rats' con brillantísimas entrevistas y sorpresas procedentes de los archivos. 'Omega' (18 de noviembre) explora la gestación y repercusión del disco que grabaron en 1996 el cantaor Enrique Morente y el grupo Largarija Nick. Y 'Gimme danger' (25 de noviembre), sobre The Stooges, lleva la firma de Jim Jarmusch, y eso solo ya acredita su estreno comercial.

Al menos durante un mes, y esperando que no sea una excepción, el documental de rock es un género que coexistirá en las salas de cine con 'La chica del tren', 'Doctor Strange', 'Blair Witch 2', 'Sully' y la última de Jack Reacher.