Media Europa está en alerta, pero España por el momento se salva de la crisis de los huevos contaminados con fipronil. Eso es al menos lo que dijo ayer la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), dependiente del Ministerio de Sanidad, que aseguró que hasta el momento no se han distribuido productos que contengan este insecticida, cuyo uso está prohibido para la producción de alimentos.

«De la información aportada por las autoridades europeas, se confirma que hasta el momento no se han distribuido huevos implicados en España», informó la Aecosan en su página web.

Mientras tanto, el problema se extiende por prácticamente todo el Viejo Continente, y hasta 13 países europeos habían puesto ayer en alerta a sus servicios de seguridad alimentaria porque les habían llegado lotes sospechosos de estar contaminados con el tóxico: Austria, Bélgica, Suiza, Alemania, Dinamarca, Francia, Reino Unido, Irlanda, Italia, Holanda, Polonia, Rumania y Suecia.

RIFIRRAFE // Además, las autoridades sanitarias de Bélgica y Holanda se enzarzaron ayer en un rifirrafe después de que el ministro belga de Agricultura, Denis Ducarme, asegurara en el Parlamento federal que Holanda había detectado la sustancia en sus partidas de huevos el pasado noviembre sin advertir a los otros socios del sistema europeo de alerta rápida (Rasff). Los Países Bajos desmintieron rotundamente tal acusación en pocas horas.

La agencia alimentaria holandesa (NVWA) negó que tuviera conocimiento, ya en noviembre del 2016, de partidas de huevos contaminadas con el pesticida. «No había indicaciones de la presencia de fipronil en los huevos ni de un potencial peligro para la salud», declaró el inspector general holandés Rob van Lint a la cadena RTL. Según explicó el experto, la NVWA recibió información sobre la utilización de este insecticida en establos pero no de que estuviera presente en los huevos.

En una comparecencia de urgencia en el Parlamento federal, el ministro de Agricultura había afirmado por la mañana que la agencia alimentaria de Bélgica, la Afsca, asegura que su homóloga holandesa supo de huevos contaminados con fipronil desde el pasado noviembre. «Estamos frente a un fraude. Los autores han de ser perseguidos por la justicia, porque para enriquecerse no han dudado en exponer la salud de los consumidores», declaró Ducarme, durante el debate extraordinario .

El titular belga de Agricultura instó a los eurodiputados y miembros del Gobierno presentes a «colaborar con la fiscalía» de Amberes, que se ha hecho cargo de la investigación del caso.