Casi 2.000 posibles casos de acoso escolar detectó el teléfono del Ministerio de Educación contra el bullying (900 018 018) desde que se puso en marcha hace solo dos meses 833 al día). Cada nuevo dato como este, cada caso que emerge, como el suicidio el martes de la pequeña Lucía en Murcia, viene a confirmar la amplitud creciente de esta lacra y las dificultades para abordarla. Aunque la niña de 13 años había dado una señal tan evidente como una carta de despedida, el caso había sido denunciado y supuestamente se aplicaron los protocolos, nada evitó el desenlace fatal.

El ministro Íñigo Méndez de Vigo se comprometió en enero del 2016 a activar un teléfono único al que podría llamar cualquiera que supiera de un caso de acoso en las aulas, ya fuera víctima, familiar o compañero. Lo hizo tras la conmoción causada por la difusión de la carta de suicidio de Diego, el niño de 11 años de Leganés que se arrojó por la ventana del quinto piso de su edificio.

El teléfono debía haber estado operativo en julio, pero problemas con la licitación lo retrasaron al 1 de noviembre. Si alguien tenía dudas sobre la necesidad de su existencia, los datos los han despejado. Solo hasta el 31 de diciembre se habían recibido 5.552 llamadas, de las que se han derivado 1.995 casos en estudio. El servicio funciona todos los días, las 24 horas del día y no deja señal en la factura telefónica.

AUGE // Hasta ahora el único teléfono de ámbito estatal disponible era el de la Fundación ANAR (900 202 010) y sus registros habían crecido exponencialmente. Si en el 2014 las llamadas permitieron actuar en 328 casos, al año siguiente la cifra se disparó a 573 (+75%). El balance del 2016 está en elaboración, pero la subdirectora, Diana Díaz, prevé otro «fuerte repunte». Ni siquiera el teléfono ministerial parece quitarles trabajo. «Seguimos recibiendo llamadas a diario», dice. Con todo, el número de casos denunciados se queda pequeño respecto a la realidad. El informe de Save the Children Yo a esto no juego revelaba que un 10% de los estudiantes afirma sufrir acoso, un 60% reconoce haber recibido insultos y casi un 30% agresiones físicas. Estimaciones más conservadoras del Ministerio sitúan el porcentaje de alumnos acosados en el 4%. Aún en ese caso, la cifra sería enorme. Casi 200.000 alumnos de Primaria y ESO podrían estar sufriendo en silencio.