Tras la llegada del Aquarius a València va quedando aclarado al fin el futuro que les espera a sus pasajeros. Todos salvo uno han mostrado por escrito su decisión de solicitar el asilo. Casi la mitad de ellos, 274, quieren ser acogidos en Francia, país que se ha ofrecido a colaborar, y el resto permanecer en España.

Una vez formalicen estas peticiones y los gobiernos de ambos países las acepten a trámite, entrarán en el circuito de acogida diseñado para estos casos y ya no podrán ser devueltos ni ingresar en ningún CIE, según ha confirmado Paloma Favieres, directora de Políticas y Campañas de CEAR, una de las oenegés que participa en el operativo de València. Mientras cumplimentan la petición de asilo, los inmigrantes disponen de los 45 días del permiso de estancia por razones humanitarias que les ha otorgado el Gobierno español.

TRATO DESIGUAL // La decisión de los pasajeros del Aquarius de acogerse al derecho de asilo es muy importante porque marca su futuro y les diferencia de la gran mayoría de los que entran por las costas en pateras o por Ceuta y Melilla. En estos casos, se les abre un expediente de devolución y a la mayoría se les ingresa en los CIE sin informarles de la posibilidad de solicitar el asilo.

La falta de información provoca que la proporción de los que en ese primer momento formulan la solicitud sea «ínfima».

Desde hace años CEAR viene reclamando sin éxito ante el Gobierno la aprobación de un protocolo de acogida de los llegados a las costas que, entre otras cosas, recoja la obligación de proporcionar los afectados alguna fórmula de protección internacional.

propagarse // «Él trato modélico recibido por los inmigrantes del Aquarius debería ofrecerse también los que llegan en patera. Hay que igualarlo», señala Carlos Berzosa, presidente de CEAR, para quien la lección dada por España debería servir también para que «nuestro país lidere una nueva política de asilo en Europa».

Pese a esas tácticas de ocultación, la cifra de peticionarios de asilo crece, ahora sí, sin parar. Si el año pasado se alcanzaron las 31.120 solicitudes, solo hasta mayo este año ya se han registrado 17.000. Estos incrementos no han venido acompañados de un aumento de medios en la oficina que resuelva los expedientes, lo que ha provocado que actualmente haya un atasco de 42.025 sin resolver.

De las que se resolvieron el año pasado, el 67% fueron rechazadas. Una cifra altísima en comparación con la media europea.

El día después de la llegada del Aquarius, el Ejecutivo central se mostró satisfecho por la labor realizada. La vicepresidenta, Carmen Calvo, resalta que la gestión española ha sido «magnífica», tanto por parte de las oenegés como por parte de las autoridades autonómicas y los ministerios implicados. Se ha dado «una imagen muy solvente de nuestro país y nos devuelve el crédito para el que todos debemos contribuir» con el fin de que esta «sea la imagen de España y no otras», recalcó ayer.