No se sabe si es una nueva tendencia espontánea o promovida por la proximidad de la festividad de Halloween, pero Instagram se ha visto estos días inundado por una nueva y atípica moda: pintar calabazas en los culitos de los más pequeños.

Los papás y mamás de Estados Unidos han decidido pintar las posaderas de sus retoños de naranja y verde y compartir la imagen a través de sus redes sociales agrupándolas con el 'hashtag' #PumpkinButt (algo así como "culo [de] calabaza"). A pesar de que Instagram ha censurado algunos casos, decenas de fotografías han conseguido esquivar los filtros y rápidamente se ha viralizado en todo el mundo a través de Twitter e Instagram.

"Algún día nos odiarán por esto, pero antes de que puedan pelear contra nosotros, ¡deberíamos pintar sus traseros!", escribe una de las mamás, cuyo pensamiento es el mayoritario, de forma aplastante, entre los instigadores de la tendencia. "Ojalá mi celulitis luciera tan bonita", reza otra publicación, que van desde instantáneas en el salón de casa a obras realmente artísticas realizadas en bosques o cultivos de calabazas.

"Fotos humillantes"

A pesar de la oleada de ternura y fascinación que estos 'bebés-calabaza' han despertado en las redes, no todo el mundo lo ve como algo divertido y curioso. "Un bebé no es una pizarra ni un lienzo en blanco, por el amor de Dios" escribe Gina Fenton, una conocida 'influencer' del blog 'Extreme Mom'. "Peor aún es el hecho de publicar estas fotografías humillantes en Internet, donde son copiadas, pegadas y publicadas hasta la saciedad", asegura por su parte Fenton, que advierte de que, "muy pronto, estos bebés se convertirán en niños con emociones, capaces de pensar de forma independiente y que, con toda probabilidad, se sentirán mal con el artista".