La relación entre médico y paciente, las impresiones sobre el ánimo y la salud del rey del pop, el relato de sus últimas horas o la personalidad y el trabajo del doctor Conrad Murray marcaron la primera fase del juicio por la muerte de Michael Jackson. Aquellos testimonios abrieron una ventana al secreto mundo privado del autor de Thriller, pero están siendo los expertos médicos llamados a declarar por la fiscalía los que han abierto la brecha en el caso. Según uno de ellos, Murray le administró supuestamente una dosis del anestésico que acabó con su vida 40 veces superior a lo que reconoció ante la policía.

La declaración del anestesista y profesor de la universidad de Columbia, Steven Shafer, constituye la refutación más directa del relato del médico personal de Jackson, que se enfrenta a una pena máxima de cuatro años de prisión por homicidio involuntario. Basándose en modelos matemáticos y en la cantidad de propofol que se encontró en el cuerpo del cantante durante la autopsia, Shafer cree que Murray le administró con un gotero una botella entera del anestésico que lo mató. Es decir, unos 1.000 miligramos frente a los 25 que Murray declaró. Más tarde, no debió de darse cuenta de que había dejado de respirar porque, según el experto, podría haberlo reanimado fácilmente.

Un mes antes de la muerte de Jackson, el 25 de junio del 2009, Murray empezó a suministrarle propofol, un anestésico quirúrgico que mezclaba con sedantes para ayudarle a dormir. Frágil de salud y ansioso por su inminente vuelta a los escenarios, Jackson acabó haciéndose adicto a lo que él llamaba "lechecita". "Por favor, por favor, dame un poco de esa lechecita para ayudarme a dormir porque sé que conmigo funciona", le rogó aquella noche fatídica, según contó el propio Murray a la policía. Llevaba nueve horas insomne y el doctor accedió. Poco después, según sus abogados, lo dejó solo dos minutos para ir al baño y fue entonces cuando Jackson habría aprovechado para aplicarse la sobredosis que lo mató.

Pero esa versión flaquea a ojos de la fiscalía. Según el registro de llamadas de Murray de aquella noche, habló por teléfono con uno de sus pacientes y con su novia en los momentos previos a que el corazón de Jackson dejara de latir. Tampoco está ayudando a la defensa su cambio de postura sobre cómo el cantante se administró supuestamente la sobredosis de anestésico. Tras sostener inicialmente que fue por vía oral, últimamente defienden que se lo inyectó por vía intravenosa.