Un veterinario admitió en un juicio con jurado que mató a su mujer en la clínica que regentaba en Benijófar (Alicante) inyectándole productos anestésicos y aceptó ser condenado por ello a diez años de cárcel.

La fiscalía solicitaba para el procesado 15 años de prisión por un delito de homicidio con agravante de parentesco, pero llegó a un acuerdo con la defensa para rebajar esa condena en 5 años tras aplicar la atenuante de dilaciones indebidas por la demora en la tramitación del proceso.

Los hechos sucedieron el 27 de marzo del 2013, cuando el procesado y su mujer decidieron quedarse a dormir en la clínica veterinaria Petcare de Benijófar, que él regentaba y en la que ella trabajaba como auxiliar.

La vista oral por el crimen comenzó ayer en la sección séptima de la Audiencia de Alicante, que tiene su sede en Elche.

LA ACUSACIÓN // El escrito de acusación que presentó el fiscal del caso, y al que se sumaron la Abogacía de la Generalitat, que ejerce la acusación popular, y la defensa, establece que el procesado acabó con la vida de su esposa «utilizando instrumentos o procedimientos desconocidos».

El abogado defensor, Javier Caballero, explicó en su alegato inicial que se había visto obligado a aceptar este relato por indicación expresa de su cliente, aunque él está convencido de su inocencia. El letrado llegó a criticar la ley de violencia de género porque parte «de la premisa de que el hombre es un ser violento», según dijo, y establece medidas inmediatas ante cualquier denuncia que de por sí «suponen la quiebra de la unidad familiar».

Caballero recordó que su cliente declaró en su día ante la Guardia Civil que la mujer se había suicidado mediante la ingesta de pastillas debido a las graves enfermedades que padecía. El año pasado, sin embargo, el acusado cambió su versión en el juzgado instructor del caso y aseguró que su cónyuge había muerto durante la operación de reducción de estómago que él le habría practicado en la clínica veterinaria.