Un vecino de Vila-real, J.M.M.G., se enfrenta a una pena de ocho años de prisión por haberse quedado, presuntamente, con 471.320 euros de una docena de clientes que contrataban pólizas con su correduría de seguros. La Fiscalía lo acusa de un delito de estafa y de apropiación indebida.

“Reconozco que me quedé el dinero”, declaró el acusado durante el juicio, que comenzó ayer en la Sección Primera de la Audiencia Provincial. El hombre se escudó en la adicción al alcohol que sufría cuando tuvieron lugar los hechos y en la ludopatía que padecía. “Empecé a jugar y a beber. Apostaba mucho y llegué a ganar la lotería dos veces. Vivía a un nivel muy alto, gastaba mucho y perdí el control”, reveló a preguntas de la fiscala.

J.M.M.G. era empleado de una empresa de seguros entre el 2007 y el 2011 y responsable de la sucursal de la compañía en Vila-real. Las víctimas de la supuesta estafa masiva contrataron con él seguros del hogar y del coche, pero también pólizas de inversión a las que destinaron importantes cantidades de dinero.

Aunque el procesado aseguró que un día no pudo “más” y confesó a sus superiores, su por aquel entonces jefe lo desmintió. “Varias personas se quejaron y me advirtieron de que algo raro pasaba. Lo llamé muchas veces y no lo cogió”, apuntó el responsable, quien incidió en que, aunque el acusado acabó reconociendo los hechos, lo hizo al saberse pillado.

Una de las afectadas llegó a invertir 112.225 euros, haciendo el acusado suyo el dinero, ingresándolo en su cuenta personal y anulando, según sostiene la Fiscalía, la póliza que había emitido.

Pasado un año, la mujer debía percibir unos intereses que nunca llegaron. “El dinero no aparecía por ningún sitio y nosotros le pedimos explicaciones. Nos dijo que no nos preocupáramos, que todo estaba bien”, trasladó una afectada al tribunal. Otro de los supuestos estafados relató que la cantidad que les prometieron “no se liquidaba”, de modo que se quejaron y “se destapó todo lo que ocurría”, detalleron. H