El equipo Emume (mujer-menor) de la Guardia Civil se enmarca dentro del Área de Delitos contra las Personas y vive dedicado a los más débiles. Sus agentes se enfrentan a diario a casos de violencia de género, infracciones de menores, agresiones y abusos sexuales, trata de seres humanos y pornografía infantil.

Las seis unidades comarcales del grupo se encuentran en Benicàssim, Orpesa, Burriana, la Vall d’Uixó, Peñíscola y Vinaròs y el equipo provincial en la Comandancia de Castellón. Todos ellos velan por proteger a los derechos de los más vulnerables de la sociedad y trabajan en estrecha colaboración con las áreas de criminalística, balística, química, biología y delitos tecnológicos.

Para ser integrante del equipo Emume es necesario realizar un curso de especialización, que dota a los efectivos de las herramientas y la sensibilidad necesarias para trabajar en este grupo. “Es fundamental tener un trato cercano con la víctima, ganarse su confianza y tener una gran capacidad de empatía”, destaca el Jefe de la Unidad Provincial. Especialmente delicados resultan los casos en los que el infractor o el afectado son menores de edad. Según revelan los miembros del grupo, no hay que perder de vista en ningún momento que se trata de niños, sea cual sea el delito que cometan.

En estos casos el protocolo de actuación es muy distinto al que se lleva a cabo cuando se trata de un adulto. “Cuando se detiene a un menor, hay que avisar de inmediato al fiscal y los padres o tutores legales pueden estar junto a él o ella en todo momento. El infractor tiene, además, derecho a entrevistarse con su abogado antes de prestar declaración. Una circunstancia que no se da en los adultos”, especifica el máximo responsable del Emume provincial.

Cabe destacar, asimismo, que los menores no pueden estar en contacto con otros adultos arrestados durante su estancia en el cuartel ni tampoco estar retenidos más de 24 horas.

Desde esta unidad confirman que entre los delitos de menores que más crecen en la provincia se encuentran las agresiones de hijos a padres. “Existe demasiada permisividad, poca disciplina. Muchos padres no saben decir que no y los hijos acaban descontrolándose”, relatan.

También perciben que “se han disparado” los delitos tecnológicos entre menores de edad. El sexting, grooming, ciberbullying y todas las modalidades de acoso escolar y sexual tienen ya una presencia muy importante en los números globales de delitos cometidos y sufridos por adolescentes.

Pero, sin duda, una de las partes vertebrales del equipo Emume es la protección a las víctimas de violencia de género. Cada día se controlan y valoran los casos de riesgo de Castellón y los efectivos se entrevistan con las afectadas.

Realizar llamadas, visitas a domicilio e informar sobre los permisos penitenciarios de sus agresores son solo algunos de los servicios que los miembros de la unidad realizan para mejorar la calidad de vida de cientos de mujeres. H