El incremento de los secuestros virtuales, a través de llamadas telefónicas desde Suramérica, ha puesto en alerta a la Guardia Civil. El instituto armado ha informado de que se ha producido una oleada de estos casos en Castellón y otras provincias españolas, tales como Valencia, Madrid, Toledo, Córdoba y Salamanca.

Los falsos secuestradores, algunos de ellos presos que se encuentran en prisiones de Chile y disponen de teléfonos móviles, se ponen en contacto, de forma aleatoria, con números españoles al azar y les aseguran que han raptado a un familiar. Aun así, en alguna ocasión también ha habido llamadas desde España por parte de algún grupo organizado.

Piden un rescate de entre 2.000 y 10.000 euros y llegan a simular, incluso, la voz de la víctima, con lloros y gritos, que el afectado reconoce como los de su allegado simplemente por el estado de nervios en que se encuentra, aunque en realidad no lo sean.

Ante el incremento de estos falsos raptos y la posibilidad de su aumento durante el verano, la Guardia Civil ha ofrecido a la ciudadanía un decálogo. Según informó ayer la Benemérita, en caso de ser víctima de una extorsión y estafa de estas características, es fundamental mantener la calma y seguir las pautas marcadas por los expertos del equipo de Secuestros y Extorsiones de la Guardia Civil, agentes con gran experiencia y que han participado en investigaciones de secuestros en España y fuera de nuestras fronteras, liberando a las víctimas.

El instituto armado destaca la importancia de escuchar y dejar hablar al secuestrador, grabando la conversación si es posible. Asimismo, hacen hincapié en la necesidad de no facilitar durante la llamada datos personales, familiares, de ubicación o contacto y, si es posible, intentar realizar alguna pregunta muy personal de la víctima que permita, en base a la contestación, concluir si se trata de un falso secuestro o no.

PRECEDENTES // Uno de los casos más graves de los últimos tiempos afectó a un empresario azulejero de l’Alcora. La Guardia Civil, en colaboración con las autoridades mexicanas, liberó en diciembre del 2013 a un hombre que había sido víctima de un secuestro virtual en Monterrey.

El susodicho recibió una llamada en el hotel donde se hospedaba y el interlocutor se hizo pasar por agente de seguridad mexicano. Tras convencerlo para que abandonara la habitación, comprara un móvil y se trasladara a otro hotel, contactaron con los allegados de la víctima, a los que exigieron 100.000 €. Al empresario le dijeron que iban a efectuar una operación policial en su primer hotel y que debía aislarlo. Una vez en el nuevo alojamiento, lo amenazaron con matarlo. H