Alarma social en Vinaròs al amenazar de muerte y con un arma blanca un hombre de 52 años, nacionalidad española y vecino del municipio, a vecinos de la calle Sant Francesc. Sucedió el domingo por la tarde, sobre las 17.00 horas. Los propios afectados alertaron al 112, muy nerviosos.

Los agentes de la Policía Local acudieron rápidamente al lugar de los hechos, reconociendo al presunto autor de las amenazas, que cuenta con un amplio historial delictivo a sus espaldas y quien permaneció en prisión hasta hace escasos meses.

Según ha podido saber Mediterráneo de fuentes solventes, al susodicho le constan delitos de sangre, pues en el año 1984 cometió un asesinato en Vinaròs. Además, tiene un largo historial de condenas y detenciones por robos con violencia y lesiones.

Cuando los agentes localizaron al varón ya no portaba ningún cuchillo en la mano --como aseguraban los testigos--, pero los efectivos policiales dieron credibilidad a la versión de las víctimas debido a los antecedentes agresivos del individuo y al estado de nervios en el que se encontraba. Y es que, según confirmaron a este periódico, los policías lo encontraron dando voces en plena calle y, ante presencia de los agentes, volvió a amenazar con matar a un vecino. Por todo ello, los efectivos lo detuvieron como presunto autor de un delito de amenazas y otro de daños, ya que además destrozó el interfono de la vivienda en la que residían los denunciantes.

PRISIÓN

El hombre, tras ser arrestado por los agentes municipales, fue trasladado a las dependencias de la Guardia Civil, quedando en los calabozos, a la espera de pasar a disposición judicial. Al parecer, el susodicho presenta una fuerte adicción a las drogas y una supuesta esquizofrenia, de la que no se medica.

Hace menos de un mes que un menor, armado con una pistola de balines, causó también una gran alarma social en las calles de Nules. Entonces, los agentes recibieron varios avisos de testigos que informaban de la presencia de un individuo armado en las inmediaciones del CEIP Cervantes.

La tensión fue evidente en un primer momento al no saber si el arma era real o de fogueo. Los mensajes alertando del incidente corrieron como la pólvora por Whatsapp y redes sociales. Aunque en ese caso el chico, de origen rumano, en ningún momento amenazó a nadie, el simple hecho de que mostrara el arma --lo que podría considerarse una mera trastada juvenil-- bastó para alterar a las personas presentes. La Guardia Civil lo trasladó al retén, donde procedieron a su identificación y corroboraron que el arma era de balines.