El vecino de Benicàssim Óscar Lozano, que asesinó a su mujer, Krisztina Szabó, y acuchilló a sus hijos de 11 y 13 años en julio del 2016 conservaba, según los forenses, sus facultades mentales en el momento que cometió el crimen machista que conmocionó a la provincia. Es decir, era consciente de que iba a asesinar a su todavía esposa -que había decidido separarse de él-- y a los dos niños.

El procesado, que se enfrentó ayer a la última jornada de juicio contra él en la Audiencia Provincial de Castellón, tiene, según las conclusiones de los doctores que lo examinaron, una personalidad «dentro de la normalidad», aunque con tendencias «depresivas».

Óscar Lozano, que se encuentra en prisión provisional desde su arresto, volvió a pedir perdón a la familia de su mujer en su alegato final, algo que ya hizo el lunes durante su interrogatorio.

El fiscal, Francisco Sanahuja, decidió rebajar en cinco años la petición de prisión que realizaba para él --de 75 a 70-- por un delito de asesinato y otros dos de asesinato en grado de tentativa.

Una petición a la que se adhirió su abogado defensor, Andrés Reverter, después de que el asesino confeso se declarara «culpable» a preguntas del Ministerio Fiscal y aceptara la pena de cárcel que se solicite para él.

Los doctores analizaron también ayer las heridas sufridas por los dos menores de edad --recibieron cuchilladas en el tórax, el cuello, las axilas...--. Los forenses confirmaron que estas podrían haber sido «mortales» de no haber recibido los pequeños asistencia sanitaria urgente.

HERIDAS DE LOS NIÑOS / La niña, que recibió un navajazo en el cuello que le afectó la yugular, no se dio cuenta de la gravedad de la lesión hasta que se miró en el espejo. «Ella solo se notó muy débil y refirió que tenía mucha sed», dijeron los peritos. Por lo que respecta a las lesiones del menor, que recibió hasta una decena de puñaladas tras forcejear con su padre, los forenses incidieron en que existía una «desproporción de fuerza notable» entre el adolescente y su progenitor.