Un ciudadano marroquí, vecino de Barcelona y que responde a las iniciales K.B., rechazó ayer una condena pactada de tres años de cárcel entre la Fiscalía y el letrado de la defensa y decidió ir a juicio y enfrentarse a una pena de hasta ocho años por venta de drogas.

Lo acusan de ofrecer estupefacientes a cuatro guardias civiles de paisano en el festival Arenal Sound de Burriana en el 2012.

Según relataron los agentes, el acusado se acercó a ellos y les ofreció “cristal a 50 euros”, momento en el que lo detuvieron y trasladaron a las dependencias policiales, en donde le requisaron 4,7 gramos de MDMA que estaban en 17 bolsitas de plástico y otros 1,38 gramos de cocaína.

K.B. lo negó todo y aseveró que había rechazado el pacto “para contar la verdad”. Dijo que sí estaba en posesión de dichas sustancias, pero que no intentó venderlas a la Benemérita y que eran para autoconsumo.

“Ellos me encontraron la droga y me dijeron que o les decía quién me la había vendido o me acusarían de vendérselas”, sostuvo el hombre, cuyo abogado tildó de “trampa” lo sucedido, supuestamente, con la Guardia Civil.

El procesado, ejecutoriamente condenado en varias ocasiones por delitos contra la salud pública, se enfrenta ahora a una pena de hasta ocho años de cárcel y una multa de 800 euros. H