La joven apuñalada en el tórax y el abdomen en la madrugada del domingo en Castellón, Tamara F., de 21 años, lucha por salir adelante en el Hospital General de Castellón, donde permanece ingresada con pronóstico reservado. Mientras, la Policía Nacional investiga los hechos y trata de encontrar a los autores, aunque por el momento no hay detenciones.

La chica, que fue operada de urgencia tras su ingreso, sigue grave y su situación es preocupante, pues recibió una cuchillada cerca del corazón y llegó al centro hospitalario con un traumatismo craneoencefálico severo y sangrando por uno de los oídos.

La Policía Nacional todavía no ha efectuado arrestos y es que, aunque la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, aseguró ayer que se trataba de un nuevo caso de violencia de género, el instituto armado no ha confirmado dicha hipótesis y la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violencia (Udev), encargada del caso, baraja distintas vías.

ELLA ACUSA A DOS LATINOS // La mujer, que acudió al albergue de transeúntes de Cáritas, cercano al Estadio Castalia, sobre las 7.00 horas del domingo, ensangrentada y pidiendo auxilio, dijo a la llegada de los agentes que la habían atacado dos hombres latinos, según ha podido saber este diario.

La chica tiene reconocida una discapacidad del 55% por padecer un trastorno de la personalidad pluster B, según ha podido saber Mediterráneo de fuentes fidedignas, y proviene de una familia desestructurada. De niña vivió una infancia muy sórdida y traumática. Se crió entre centros de acogida y cuando en la adolescencia se mudó a casa de unos familiares, fueron continuas sus fugas de la vivienda.

Cuando la afectada contaba con 16 años, su padre salió de prisión, tras cumplir una condena por abusar sexualmente de su sobrina. Se instaló en el mismo domicilio que Tamara F. y comenzaron las relaciones incestuosas entre ambos. Las palizas del padre a su hija y los abusos eran continuos y los mismos culminaron con el embarazo de la entonces menor, que dio a luz a un hijo, fruto de las relaciones sexuales mantenidas con su progenitor.

CONDENA // Así lo estimó probado el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón, que el pasado mes de noviembre condenó a 11 años de prisión al padre de la joven, hallándolo culpable de un delito contra la integridad en el ámbito de violencia doméstica, malos tratos habituales, lesiones y abusos sexuales continuados con acceso carnal. Los magistrados le aplicaron, además, la agravante de parentesco y de reincidencia, pues al hombre le constaba una condena anterior por los abusos a su sobrina. Por todo ello, el tribunal le impuso una indemnización de 30.900 euros. El padre de la afectada se encuentra en la actualidad cumpliendo condena.

La investigación sigue su curso y las próximas horas serán claves en la evolución de la víctima. H