La Audiencia Provincial de Castellón sentó ayer en el banquillo a M.L.H.L., un vecino de 28 años de Alcalà que está acusado de dos delitos de lesiones y se enfrenta a diez años de cárcel y a una indemnización de 20.000 euros. La Fiscalía sostiene que durante la celebración del Carnaval del 2014 agredió a dos hermanos, primero en la carpa donde se celebraban las fiestas y, posteriormente, en su domicilio. Una de las víctimas perdió varios dientes y la otra parte de la visión de un ojo, tras ser presuntamente golpeados con un bastón en la cabeza y en el resto del cuerpo.

El acusado negó los hechos, a preguntas del Ministerio Fiscal. «Estábamos de fiesta y uno de ellos empezó a insultarme y a provocarme. Yo me marché a casa para no tener problemas y, al cabo de unos minutos, vinieron a aporrearme la puerta, buscando más jaleo», dijo el procesado, negando haberles golpeado.

«Saqué un palo de madera, pero solo para intimidar y que se fueran de mi casa», alegó.

Una versión radicalmente distinta a la que ofrecieron los dos heridos, quienes dijeron que M.L.H.L. dio una patada en la boca a uno de ellos para luego atacarlos con un bastón.

«Primero pateó a mi hermano, le arrancó un diente y le dejó la boca ensangrentada. Fuimos a su casa a pedirle explicaciones y entonces salió como loco con un bastón y empezó a pegarnos palazos en la cara y el cuerpo. A mí me pegó por lo menos veinte porrazos», relató un afectado. Su hermano corroboró esa versión.

La madre del acusado fue citada como testigo y ofreció una versión contraria a la que había dado en fase de instrucción. La mujer, que presenció el altercado acaecido a las puertas de su domicilio, dijo que su vástago no golpeó a nadie. Señaló que uno de los denunciantes ya llegó con la boca ensangrentada y aseguró que el otro se hizo las lesiones al golpearse con un bordillo.

El fiscal apercibió en dos ocasiones a la mujer, diciéndole que podía incurrir en un delito de falso testimonio.