Los vecinos de Castellón avisaron a la Policía Local con numerosas llamadas al 092, en las que alertaban de que un coche estaba circulando a toda velocidad por el centro de la ciudad. Se trataba de un vehículo potente, un Mercedes, que recorría de forma temeraria la avenida Capuchinos y Mª Rosa Molas, entre otras. Los testigos avisaban del peligro que el automóvil suponía para otros conductores y para los peatones, pues parecía estar en plena carrera, circulando de rallys.

Lo conducía un joven de 23 años que, justo al salir de la rotonda del CEEI, en la avenida del Mar, tuvo el accidente de tráfico que muchos testigos aventuraron minutos antes. El conductor perdió el control del coche y acabó estrellándose contra un semáforo situado en la ronda Norte, ante la atónita mirada de decenas de personas que paseaban, corrían e iban en bici en ese momento por la circunvalación.

Eran poco más de las 21.00 horas del martes cuando el coche subió a la acera y se produjo la aparatosa colisión frontal.

ILESO EN EL CHOQUE

Aunque él salió ileso, tanto su vehículo como el mobiliario urbano registraron daños importantes. Toda la parte frontal del Mercedes quedó destrozada y el semáforo se inclinó hacia atrás sin llegar a vencer del todo sobre el paso de cebra contiguo y el carril bici que hay justo detrás. Las consecuencias del espectacular accidente podrían haber sido mucho más graves.

El choque no pasó, ni mucho menos, desapercibido. A los pocos minutos, agentes del equipo de Atestados de la Policía Local de Castellón, así como una patrulla, se trasladaron hasta el lugar.

Tras comprobar que el conductor se encontraba en perfecto estado de salud, le practicaron las pertinentes pruebas de alcoholemia y drogas, arrojando ambas un resultado negativo, según confirmaron a Mediterráneo fuentes policiales de la investigación.

Sin embargo, los policías se percataron rápidamente de que era imposible causar ese tipo de daños al vehículo y a la señal luminosa circulando a la velocidad permitida en ese punto de Castellón, limitada a tan solo 40 km/h.

Según calcularon los investigadores, el joven circulaba, al menos, a más del doble de la velocidad. Es decir, rozando los 100 km/h, según las primeras estimaciones que ha podido conocer este diario. Además, las llamadas de varios testigos, alertando de que un vehículo del mismo color y modelo recorría a toda velocidad el centro de la ciudad, hicieron que los agentes ataran cabos de forma casi inmediata.

DENUNCIADO

Así, los efectivos procedieron a denunciar al joven accidentado por conducción temeraria. Y es que, aunque no parece que estuviera corriendo contra otro coche, los agentes consideran que puso en riesgo la integridad física del resto de conductores, circulando a gran velocidad y no respetando algunas de las señales de la carretera.