Los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia de Castellón (Carlos Domínguez, Pedro Garrido y Esteban Solaz) han condenado a un vecino de Vila-real, que responde a las iniciales J.C.V., de 50 años, a 15 años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales y por corrupción de menores, ya que agredió sexualmente a una niña de 12 años en repetidas ocasiones en una caseta abandonada situada a la entrada de la localidad, pese a que le constaba una orden de alejamiento respecto a la menor.

El tribunal, además, lo absuelve del delito contra la salud pública por el que venía siendo acusado, ya que durante el juicio, que se celebró la semana pasada a puerta cerrada a petición del fiscal Francisco Sanahuja, no se pudo acreditar este extremo: que suministrara marihuana y whisky a la niña en dicha caseta, situada en el camino Almassora.

LO NEGÓ TODO // El enjuiciado, que permanece en prisión preventiva, divorciado y padre de un hijo, negó los abusos sexuales, pese a que sí que reconoció en la sala que había estado en la casa abandonada con la menor y otros chavales amigos de la chica. También afirmó que mantenía contacto con la niña a través de las redes sociales mediante un teléfono móvil de su propiedad.

Tras su testimonio llegó el turno de la víctima, que ahora tiene 14 años, quien tras un parabán para no ver al acusado narró en la sala todos los abusos sexuales sufridos. Unos relatos que para los magistrados resultaron creíbles, como así lo atestiguaron los médicos forenses que intervinieron durante el juicio.

ADOLESCENTES // En la vista testificaron varios adolescentes, de entre 14 y 15 años, amigos de la víctima, quienes aseguraron que también solían ir a la caseta y ratificaron los abusos sexuales a los que la niña de 12 años fue sometida. Algunos en presencia de ellos. Uno de los testigos llegaron a desvelar en la sala que el procesado les ofrecía bocadillos, marihuana y también whisky.

Los hechos se remontan al verano del 2014 hasta el 2015. El agresor ya tenía una orden de alejamiento de la menor por acoso a través de internet. Los abusos sexuales eran habituales.