Dos años de prisión y una multa de 2.000 euros es la pena impuesta por el tribunal de la Sección Segunda a un anciano, natural de León y vecino de Orpesa, de 82 años; que abusó sexualmente de una niña de once años, según han declarado probado los magistrados. El hombre no podrá, además, acercarse a menos de 500 metros de la pequeña durante tres años, ni comunicarse con ella por medio alguno.

Los jueces han dado credibilidad a la versión de la ahora adolescente --los hechos sucedieron en verano del 2016--, quien durante el juicio relató cómo el anciano la invitó a un refresco, le puso la mano sobre la espalda y la deslizó hasta tocarle un pecho.

La niña también recordó que el hombre le ofreció marcharse con él a uno de sus pisos, presumiendo de tener «mucho dinero y casas». Una versión coincidente con la trabajadora del bar en el que tuvieron lugar los hechos, quien dijo a los magistrados: «Todos sabemos cuándo un hombre mira sucio a una niña o una mujer. Le miraba el cuerpo y me pareció una falta de vergüenza que me dio mala espina».

En la sentencia la Sección Segunda considera probado que el condenado abordó a la menor mientras esta paseaba a su perrita, entablando conversación con ella e insistiéndole en que la invitaba a tomar algo.

HECHOS PROBADOS

«Tratando de satisfacer sus deseos sexuales, le manifestó que tenía mucho dinero y casas y que, si ella quería, se las podía enseñar, al tiempo que le ponía la mano sobre la espalda, rozándole el pecho izquierdo», reza el documento.

Los magistrados relatan que el anciano fue a buscar su coche, aparcándolo en la acera, apresuradamente y diciéndole a la menor: «vámonos, vámonos».

La niña, ante el temor que le inspiró el procesado y habiendo sido alertada de sus posibles intenciones, se pusó a llorar.

PESADILLAS E INSOMNIO

La pequeña, a consecuencia de estos hechos, sufrió pesadillas durante una semana, no pudiendo conciliar el sueño, presentando cierto temor a salir a la calle por si se encontraba al hombre.

Contra el fallo de la Audiencia Provincial, que no ve necesaria medidas de libertad vigilada, cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo.