Siete años de cárcel es la pena que ha dictado el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Castellón contra Luis Manuel P.M., un vecino de Almassora que abusó sexualmente de su hija desde que tenía ocho años hasta el año pasado, cuando cumplió 16 y la joven decidió denunciar los hechos ante la Guardia Civil.

Los magistrados Carlos Domínguez, Pedro Garrido y Esteban Solaz le imponen 5 años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales y otros dos más por un intento de abuso sexual con acceso carnal hacia la menor. También le retiran la patria potestad y le prohíben que se aproxime a ella una vez salga de la cárcel durante 8 años.

Además, Luis Manuel deberá pagar 20.000 euros a su hija por los daños morales provocados, ya que ella padece un trastorno de la alimentación y de la personalidad, pues tras el sufrimiento vivido por los abusos de su padre se muestra dependiente y sumisa.

Según quedó probado durante el juicio que se celebró a puerta cerrada y en el que intervino la menor, que ahora tiene 17 años, el ahora condenado, de nacionalidad peruana, aprovechaba que se quedaba solo con la niña en el domicilio familiar de Almassora para abusar sexualmente de ella. Unas situaciones que se fueron repitiendo con mucha frecuencia durante ocho años e incluso en algunos periodos los episodios se sucedían a diario y hasta, en ocasiones, varias veces al día.

LA FAMILIA DORMÍA // Tal y como se comentó en el juicio y como ha quedado demostrado, era mientras el resto de la familia dormía cuando el enjuiciado se dirigía a su habitación en calzoncillos y, aprovechando que la pequeña descansaba profundamente, se introducía en su cama, le quitaba la ropa y perpetraba los delitos.

El acusado, en una ocasión que estaba con su hija en el sofá y pese a que ella dormía, la despertó y la obligó a ver una película para adultos con alto contenido sexual y a masturbarle, pese a que ella se resistía y se tapaba los ojos con una manta.

El hombre, unas dos veces por semana, cada vez que su esposa y madre de la niña hacía la colada, subía con la menor a la azotea para tender la ropa y, una vez allí, abusaba sexualmente de ella sin que nadie de la familia llegara a enterarse de estos hechos.

En otra ocasión, el día anterior al cumpleaños de su esposa, en el año 2010, Luis Manuel pidió a la pequeña que le acompañara al garaje comunitario de la vivienda y obligó a la niña a besarle el pene. Cuando la víctima contaba con 12 años (en el año 2012), el padre intentó penetrarla vaginalmente, pero la adolescente le empujó y le propinó patadas, consiguiendo zafarse de él ese día.