Fernando Vélez, un castellonense de 44 años, ha sido condenado por un delito de estafa, en concurso medial con otro de falsificación en documento mercantil por suplantar a una persona invidente --con la que mantenía una relación de amistad-- y pedir en su nombre un crédito de 10.000 euros. Así lo reconoció el propio sentenciado ayer, durante el juicio oral que se celebró contra él en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón.

El condenado --con antecedentes penales-- podrá eludir la entrada en prisión si cumple con el pago de las indemnizaciones y multas impuestas por el tribunal. Según el pacto alcanzado entre la Fiscalía, la defensa y la acusación particular, Francisco Vélez, se compromete a pagar 3.610 euros a la víctima, otros 1.380 a la entidad financiera que le concedió el crédito y 550 más en concepto de multa. En total, tendrá que abonar 5.540 euros si quiere evitar la pena de diez meses de prisión dictada por los jueces.

Según el relato probado de hechos, la víctima encargaba al sentenciado --por la relación de confianza que les unía-- diversos quehaceres, tales como liquidar los cupones que él vendía, recoger el correo y más cupones de la entidad para la que trabajaba.

Aprovechándose de esa relación de amistad, Francisco Vélez suscribió una solicitud de préstamo con una entidad financiera especializada en la concesión de créditos, a nombre del invidente, imitando la firma de este.

IMITÓ LA FIRMA

Tras formalizar la petición, el condenado realizó diversos reintegros en la cuenta de su amigo. Posteriormente, efectuó una extracción de 1.380 euros, para lo que imitó, nuevamente, la firma del perjudicado, que no tenía ningún conocimiento de lo que estaba sucediendo.

La compañía de préstamos interpuso procedimiento monitorio en el juzgado contra la víctima por una cantidad de 5.000 euros, ante el impago de los recibos mensuales del crédito, sin saber que, en realidad, había sido víctima de una grave estafa.

La defensa del procesado pidió ayer un plazo de 24 meses para hacer frente a las responsabilidades civiles y a la multa, ya que el condenado se encuentra en el paro y no tiene ingresos fijos.

El susodicho se valió para su fraude de la relación que mantenía con el discapacitado visual. El entorno del afectado expresó ayer durante la lectura de la sentencia su disconformidad con una pena que ven escasa.