Condenados por homicidio y robo con violencia. El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón ha impuesto penas de 18 a 20 años de cárcel a los cuatro autores del asalto mortal que tuvo lugar en la vivienda del anciano Vicente Almela, en la Vall d’Uixó, en febrero del 2013, según ha podido saber Mediterráneo.

La empleada del hogar, que cuidaba del fallecido, de 90 años, y su esposa, Consuelo Gil, de 87; Cristina Alina Margoi, ha sido condenada a 18 años de prisión, 13 por el delito de homicidio y otros cinco por el robo violento. Su novio, Gheorge Oprea, y otros dos compatriotas, los hermanos Lupu, han sido condenados a 20 años cada uno, 14 por el homicidio y otros seis por el asalto. Por último, han impuesto 10 meses de cárcel a un joven que les prestó el coche empleado en el golpe, sin saber para qué lo querían.

Según han considerado probado los magistrados, la cuidadora del anciano matrimonio, su novio y los hermanos Lupu planearon el golpe al domicilio. La mujer abrió la puerta de la casa, desde dentro, a sus colaboradores, a quienes había informado del patrimonio de Vicente Almela y Consuelo Gil. El anciano fue retenido y amordazado, junto a su esposa, y recibió múltiples puñetazos por todo el cuerpo. Murió asfixiado por la cinta adhesiva que los agresores habían colocado sobre su boca y nariz. Sobre dicha mordaza, los autores ataron, además, el sujetador de su esposa, lo que le impidió respirar y provocó su fallecimiento.

La anciana fue también golpeada. Padeció hematomas y lesiones en nariz, tobillos y muñecas, por las que fue ingresada en el Hospital de la Plana de Vila-real.

El forense que practicó la autopsia a la víctima confirmó durante el juicio que hubo “agresiones importantes” y que a Almela le luxaron completamente el hombro, “lo que provoca un intenso dolor”. Asimismo, hizo hincapié en la agresividad desmedida de todos los asaltantes “para la poca resistencia que podía oponer el fallecido” por su avanzada edad y sus condiciones físicas.

Los ahora condenados se llevaron, al menos, una caja fuerte del domicilio, dejando a la cuidadora atada para simular que ella era una víctima más del asalto. Robaron joyas y 9.000 euros en metálico y forzaron una ventana para hacer ver que habían accedido al inmueble desde fuera. Posteriormente, huyeron en coche, dejando a los ancianos atados y sin posibilidad de pedir auxilio. H