Cuatro años de prisión es la pena impuesta por el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón al vecino de Nules, de 55 años y natural de Córdoba, que en el mes de junio del 2016 resultó herido al explotar en su casa la bomba que él mismo estaba fabricando con TATP, el compuesto utilizado habitualmente por los yihadistas.

El ahora condenado, que se sentó en el banquillo a principios de este verano, perdió un ojo y varios dedos de las manos a causa del estallido. Un suceso que puso en alerta a la Guardia Civil, que se personó en el inmueble para practicar un exhaustivo registro y alertar a los vecinos.

Tal y como declara probado la sentencia, agentes especializados del Gedex acordonaron la finca y dieron en la caseta de campo donde tuvo lugar la explosión con una estantería de madera con botes de cristal que contenían diferentes sustancias químicas (polvo de aluminio, azufre, carbón acetona, peróxido de hidrógeno, ácido clorhídrico y otros).

Asimismo, en un banco de trabajo estaban también los componentes necesarios para la fabricación de diferentes explosivos, entre ellos TATP (triperóxio de triacetona), localizándose varias cantidades de este material.

Este compuesto es excepcionalmente sensible, potente y puede detonar sin estímulos externos, incluso con la electricidad estática del cuerpo humano, lo que lo convierte en especialmente peligroso, según indicaron los peritos de la Benemérita en el juicio.

Los magistrados castellonenses han declarado probado que el acusado era el poseedor de este tipo de material, así como el autor de las manipulaciones realizadas; y ello sin poseer licencia ni autorización para su uso, fabricación o tenencia de sustancias explosivas o pirotécnicas, que es concedida por la Intervención Central de Armas y Explosivos de la Guardia Civil.

La defensa del condenado alegó que este no tenía conocimiento de que necesitara autorización para la tenencia y fabricación de los explosivos, aduciendo que las sustancias las había adquirido libremente «en los chinos».

SABÍA QUE ERA ILEGAL

Sin embargo, el tribunal ha resuelto que este argumento no es admisible porque, tratándose de una persona con una capacidad dentro de la normalidad y sin problemas psicóticos, «poseía y fabricó explosivos con pleno conocimiento de que estaba prohibido».

El vecino de Nules se presentó ante el fiscal y los magistrados de la Sección Primera como «una víctima de internet» y dijo que en la red «no tendría que poner esas cosas», admitiendo que siguió instrucciones para fabricar una bomba y que consiguió producir «pólvora negra».