El juicio contra un vecino de Vinaròs, José A.V.R., de origen ecuatoriano, acusado de violar a la hija de su esposa quedó ayer visto para sentencia. La joven, que ahora tiene 23 años, declaró ante los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia de Castellón que su padrastro empezó a agredirla sexualmente a los 14 años y que esta situación se prolongó hasta los 18, cuando ella tuvo que abandonar el domicilio familiar por este motivo.

La vista oral comenzó a las 10.00 horas de la mañana. El primero en declarar fue el acusado, quien de forma rotunda negó ante la fiscal y ante su abogado defensor haber practicado tocamientos o haber violado a la hija de su mujer. El procesado apuntó a que se trataba de una invención.

Por su parte, la joven, que prestó testimonio detrás de un parabán, explicó a la sala que sufrió durante cuatro años estas agresiones sexuales. “Sucedió muchas veces. Cuando nos quedábamos solos en casa, porque mi madre se iba a algún sitio, aprovechaba para forzarme y obligarme a mantener relaciones sexuales”, indicó. Y añadió: “Entraba en mi habitación o en la sala de la televisión y me tocaba mis partes íntimas hasta que finalmente me violaba. Yo no lo aceptaba y lloraba y gritaba, pero llegó un momento en el que sentía impotencia... No lo denuncié antes porque tenía miedo de que le hiciera algo a mis hermanos o a mi madre porque me llegó a amenazar con un cuchillo”.

La víctima narró cómo a los 18 años se fue a un campamento evangelista a Antequera donde decidió quedarse para huir de esa situación. “Se lo conté a mis monitores y me ofrecieron quedarme en un centro de acogida. El problema es que mi madre no me creía, pese a que yo creo que era un situación bien obvia”.

Esta también relató que “las violaciones” se sucedían continuamente: “Hasta tres veces al mes, sino eran más”. Y remarcó: “Estuvimos viviendo en Vinaròs en tres casas distintas y en todas ellas abusó de mí mi padrastro”.

La madre de la joven, de 43 años, y esposa del acusado, accedió a declarar ante el tribunal “para contar la verdad”. Así, explicó: “Yo he sido la primera sorprendida ante todo esto. Nunca me lo hubiera imaginado y nunca he visto nada extraño entre ellos. Además, yo no trabajaba en aquella época, por lo que era muy raro que mi hija y mi esposo estuvieran en casa solos”. Y aseguró: “Me lo dijo una monitora del campamento de mi hija, pero yo creo en mi marido. Por ese motivo a fecha de hoy sigo con él”. H