Los casos de recién nacidos muertos cuyos cuerpos han sido abandonados son de los más difíciles de resolver. Sobre todo, si los cadáveres son abandonados en contenedores o en lugares sin vínculo alguno con los padres. Sin embargo, el equipo de la Divisió d’Investigació Criminal de los Mossos d’Esquadra ha tardado 48 horas en resolver el último caso de muerte de un recién nacido ocurrido en Barcelona.

Los Mossos d’Esquadra anunciaron ayer la detención de una joven española de 18 años como presunta autora de la muerte de la recién nacida que fue encontrada el martes por la mañana en el patio de luces de un inmueble de la calle de Roger de Flor, en el barrio de Gràcia. Los investigadores interrogaron uno a uno a todos los propietarios e inquilinos de este bloque, pero también a los de al lado, una escalera más antigua pero que comparte el patio. Buscaban a cualquier mujer que hubiera estado en los últimos meses de gestación para tratar de localizar a la presunta parricida. Estas gestiones habrían permitido llegar hasta la madre de la niña fallecida, que residía en ese edificio contiguo.

Fuentes de la investigación explicaron que la recién nacida habría muerto unas horas después del nacimiento. La autopsia habría determinado que la niña tenía horas de vida cuando falleció. Los agentes creen que la joven madre arrojó a la pequeña por la ventana tras el nacimiento.